Cómo las pymes pueden empezar a importar a través de plataformas digitales

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan desafíos al intentar incorporar la importación de productos en sus operaciones. Uno de los principales obstáculos es la falta de capital inicial, un recurso para cubrir los costos de importación y logística que estas empresas, en muchos casos, no pueden solventar.

La ausencia de este respaldo financiero tiene repercusiones directas en la capacidad operativa de las pymes, lo que se traduce en pérdida de clientes y una disminución en los ingresos proyectados en el contexto del comercio exterior. Este escenario pone en evidencia la necesidad de los empresarios en identificar alternativas tecnológicas que les permitan superar estas barreras.

Hay alternativas digitales para empresarios interesados en acceder al comercio exterior. Un ejemplo de ello es Finkargo, una herramienta completamente digital que promete facilitar este proceso. Los usuarios suben sus propuestas a la plataforma, donde la empresa analiza y ofrece soluciones financieras adaptadas a las necesidades de cada negocio.

Entre las opciones de pago disponibles, se incluyen sistemas de pagos seguros en línea y la posibilidad de operar en multimoneda, lo que agiliza las transacciones internacionales.

Además, la plataforma transforma la información generada por cada operación de comercio exterior en un sistema de análisis de datos. Esto permite que las micro, pequeñas y medianas empresas obtengan una visión de sus operaciones, facilitando la toma de decisiones estratégicas.

“Democratizar las soluciones tecnológicas es clave para permitir que las mipymes accedan al comercio exterior y fortalezcan el crecimiento de sus operaciones. Muchas veces, los empresarios enfrentan dificultades, ya sea por desconocimiento sobre cómo gestionar pedidos o por no saber qué opciones de pago existen para financiar su expansión”, explica Daniel Cardona de la plataforma mencionada.

La tecnología es un aliado para las pymes que buscan importar. Desde el primer contacto con proveedores en el extranjero, a menudo realizado a través de correos electrónicos o aplicaciones como WhatsApp, la tecnología facilita cada etapa del proceso.

Además, las plataformas digitales permiten gestionar pagos, rastrear envíos y analizar datos operativos en tiempo real. Estas soluciones no solo optimizan la logística y reducen costos, sino que también brindan a las empresas la capacidad de adaptarse rápidamente a un entorno comercial globalizado y en constante evolución.

“El comercio exterior es inherente a la tecnología”, afirma Cardona, subrayando el papel crucial de las herramientas digitales en este ámbito. Sin embargo, destaca que un 50% de sus clientes aún utilizan correos electrónicos sin el dominio de su empresa, lo que evidencia una brecha en la profesionalización tecnológica.

Este detalle puede afectar la credibilidad y proyección de las empresas en el mercado internacional, donde la imagen corporativa y la confianza son esenciales.

El uso de la tecnología puede ser una herramienta clave para el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes), pero es esencial que lo hagan de manera segura.

Primero, deben implementar contraseñas robustas y sistemas de autenticación de dos factores para proteger el acceso a sus plataformas digitales y datos sensibles. Además, es fundamental mantener actualizados todos los programas y sistemas operativos para evitar vulnerabilidades.

Contratar servicios de almacenamiento en la nube con proveedores confiables es otra medida que garantiza la seguridad de la información, así como facilitar el acceso remoto. Las pymes también deben capacitar a sus empleados en prácticas de ciberseguridad, como identificar intentos de phishing o manejar información confidencial.

El uso de herramientas de análisis de datos puede optimizar la toma de decisiones, pero deben estar respaldadas por protocolos que aseguren la privacidad. Finalmente, realizar copias de seguridad periódicas es indispensable para minimizar el impacto de posibles ciberataques o pérdidas de información.