El robo de identidad infantil en internet es un problema en crecimiento y que tiene diferentes efectos en quienes lo sufren. Aunque tradicionalmente se asocia con adultos, cada vez más niños se convierten en víctimas de este delito, lo que puede afectar profundamente su futuro financiero y social.
Los padres son quienes deben estar en continua alerta ante esta situación, teniendo en cuenta la exposición que hoy tienen los menores en línea al usar redes sociales, acceder a videojuegos y contar continuamente con cuentas digitales.
Qué es el robo de identidad infantil y cómo ocurre
El robo de identidad infantil se produce cuando alguien roba la información personal de un menor y la utiliza para cometer fraudes financieros, como abrir tarjetas de crédito, solicitar préstamos o ejecutar estafas. Esta información puede incluir nombres, fechas de nacimiento, números de seguro social y otra información sensible.
La particularidad de este tipo de delito es que, a menudo, pasa desapercibido durante años, ya que los niños no suelen usar su historial crediticio hasta que alcanzan la adolescencia o la adultez.
Los ciberdelincuentes no son los únicos responsables de estos robos. Un estudio realizado en los Estados Unidos reveló que en el 75% de los casos de fraude de identidad infantil, los perpetradores eran personas cercanas al niño, como familiares o conocidos. Esto subraya la importancia de proteger la información sensible incluso en el ámbito familiar y no solo de extraños en internet.
Cómo los ciberdelincuentes roban la identidad de los niños
Existen múltiples maneras en que los ciberdelincuentes y otros actores pueden acceder a la información de un niño. Algunas de las formas más comunes son:
- Violaciones de datos en plataformas y aplicaciones: las brechas de seguridad en los sistemas que los niños usan para jugar, aprender o socializar pueden exponer su información personal.
- Doxxing: esta práctica consiste en la divulgación pública de información privada con el objetivo de intimidar o perjudicar.
- Comportamiento de los padres en redes sociales: los padres suelen compartir fotos, videos e información sobre sus hijos en plataformas sociales. Según un informe del Comisionado de la Infancia, para cuando un niño cumpla 13 años, sus padres habrán publicado en promedio 1300 fotos y videos de él en internet.
- Uso de contraseñas débiles o compartidas: los niños a menudo comparten sus contraseñas o inician sesión con amigos, lo que puede facilitar el acceso no autorizado a su información.
- Suplantación de identidad y otras estafas: los niños pueden caer en engaños que los hagan proporcionar información personal sin darse cuenta.
Consecuencias del robo de identidad infantil
El impacto del robo de identidad infantil va más allá de los inconvenientes inmediatos y puede tener repercusiones significativas a largo plazo. Una de las principales preocupaciones es que estos delitos a menudo permanecen sin ser detectados durante años. Cuando la víctima alcanza la mayoría de edad y empieza a realizar gestiones financieras, como solicitar una tarjeta de crédito o abrir una cuenta bancaria, descubre que tiene un historial crediticio comprometido.
Este problema puede manifestarse de varias maneras, como:
- Facturas inesperadas: los padres pueden recibir cartas o correos electrónicos con facturas por servicios o suscripciones desconocidas.
- Correos electrónicos extraños: si se han creado cuentas en línea utilizando la dirección de correo electrónico de un menor, la bandeja de entrada podría llenarse con mensajes de empresas o servicios desconocidos.
- Correspondencia gubernamental o bancaria: los niños pueden recibir cartas del gobierno o de instituciones financieras sobre servicios o beneficios a los que normalmente no tienen acceso.
- Dificultades al abrir cuentas: cuando los padres intentan abrir una cuenta bancaria para su hijo, pueden encontrar obstáculos como un puntaje de crédito inesperadamente bajo.
Cómo detectar y prevenir el robo de identidad infantil
Identificar el robo de identidad en niños puede ser complicado, pero existen ciertos signos que pueden alertar a los padres:
- Facturas o correos inesperados: si su hijo recibe correspondencia que no parece adecuada para su edad, podría ser una señal de que alguien está usando su información.
- Dificultades con cuentas bancarias: al intentar gestionar una cuenta bancaria en nombre de un menor, los padres podrían descubrir un historial crediticio ya existente.
- Cartas de entidades gubernamentales: recibir correos del gobierno o de bancos sin relación con el menor es otro indicativo a tener en cuenta.
Para prevenir estos ataques, es importante que los padres:
- Limiten la cantidad de información que comparten sobre sus hijos en redes sociales.
- Eduquen a sus hijos sobre la importancia de proteger su información personal.
- Utilicen herramientas de protección de identidad y sigan buenas prácticas de ciberseguridad, como el uso de contraseñas seguras y no compartidas.