La computadora es para muchas personas una herramienta esencial en su cotidianidad. Desde trabajos de oficina hasta estudios en línea o entretenimiento, se pasa varias horas frente al monitor, y no siempre se considera cómo afecta esto a la salud visual.
Uno de los factores clave para cuidar la vista mientras se usa el PC es el nivel de brillo de la pantalla. Un brillo demasiado alto o bajo puede cansar los ojos, provocar dolores de cabeza y, con el tiempo, contribuir a problemas visuales más serios, como la fatiga ocular digital.
Aunque ajustar el brillo de la pantalla parece una tarea sencilla, hacerlo de manera correcta implica considerar varios aspectos, como la iluminación del entorno, el tipo de tareas que se están realizando y el tiempo que se pasa frente al monitor.
Cómo ajustar el brillo de la pantalla en diferentes sistemas operativos
Cada sistema operativo tiene un método específico para ajustar el brillo de la pantalla, y conocer estos pasos le facilitará hacer los ajustes necesarios rápidamente. En Windows se puede modificar el brillo desde la configuración del sistema o desde la barra de tareas, siendo estos los pasos:
- Clic en el ícono de Notificaciones en la esquina inferior derecha de la pantalla (o presione Windows + A).
- Aparecerá un menú con configuraciones rápidas; ajuste el brillo deslizando el control de Brillo hacia la izquierda o derecha.
En macOS, el brillo puede ajustarse en las Preferencias del Sistema. También, es posible regular el brillo a través de atajos de teclado, aunque estos varían según la marca del dispositivo portátil.
- Dar clic en el ícono de Centro de control (ícono de interruptores) en la barra de menú, en la esquina superior derecha.
- En Pantalla y ajuste el brillo deslizar el control hacia la izquierda o derecha.
Qué niveles de brillo se recomiendan para diferentes tareas
No todos los tipos de tareas requieren el mismo nivel de brillo. Es decir, al leer o escribir documentos, un brillo medio o bajo suele ser suficiente, mientras que para trabajos de diseño gráfico o edición de video se recomienda un brillo más alto que permita apreciar mejor los detalles.
Ajustar el brillo en función de las tareas no solo mejora la experiencia de uso, sino que también previene la fatiga ocular. Conocer las necesidades específicas de cada actividad le ayudará a establecer un nivel de brillo adecuado y sostenible para cada situación.
Asimismo, el brillo de la pantalla puede impactar directamente en su salud ocular. Al trabajar con un brillo inapropiado, los ojos se ven obligados a esforzarse más, lo que puede provocar sequedad, enrojecimiento y fatiga ocular.
De esta manera no solo protege sus ojos, sino que también mejora la experiencia de visualización y reduce la posibilidad de desarrollar problemas a largo plazo. Además, un brillo adecuado contribuye a mantener un ambiente de trabajo cómodo y reduce la necesidad de realizar pausas constantes para descansar la vista.
Qué tener en cuenta antes de ajustar el brillo de la pantalla
La iluminación del entorno es uno de los principales factores a tener en cuenta al configurar el brillo de la pantalla. En una habitación con poca luz, un brillo elevado puede deslumbrar y forzar los ojos. Por el contrario, en una habitación bien iluminada, un brillo bajo hace que los ojos se esfuercen por ver el contenido.
Por ello, ajustar el brillo en función de la luz ambiental es fundamental. La mayoría de los monitores actuales permiten ajustes manuales, y algunos incluso cuentan con sensores automáticos que adaptan el brillo a las condiciones de iluminación de la habitación o espacio.
Cuáles son los síntomas de la fatiga ocular
Es común experimentar síntomas como sequedad, visión borrosa, enrojecimiento o dolores de cabeza después de un tiempo prolongado frente a la pantalla. Estos síntomas son signos de fatiga ocular, y ajustar el brillo es una forma de prevenirlos.
Además, combinar el ajuste de brillo con pausas regulares siguiendo la regla 20-20-20 (mirar algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos) puede aliviar la tensión en los ojos.
Si persisten estos síntomas, podría ser necesario evaluar otros aspectos, como la temperatura de color de la pantalla o el uso de lentes especiales para estos dispositivos.