Guía para padres: qué son los amigos IA y cuáles son los peligros para los niños

Un fenómeno reciente ha captado la atención de adolescentes: los compañeros de IA, o “amigos virtuales”. Estas aplicaciones permiten crear y personalizar personajes de inteligencia artificial para entablar conversaciones, desde diálogos sencillos hasta interacciones complejas y profundas.

Sin embargo, la creciente popularidad de los amigos IA plantea preguntas sobre los efectos en el bienestar emocional de los adolescentes, además de la posible dependencia y riesgos asociados a estas interacciones.

Los amigos IA son chatbots impulsados por inteligencia artificial generativa que simulan conversaciones humanas, presentando respuestas en tiempo real y comportándose de manera cada vez más realista.

Estos compañeros virtuales se crean con características únicas y personalidad propia, lo que los hace atractivos para los adolescentes que buscan compañía o simplemente una forma de entretenimiento interactivo. Entre las aplicaciones más populares que ofrecen estos servicios se encuentran Character.AI, Replika, Kindroid y Nomi, cada una de ellas con diferentes enfoques y funcionalidades.

En general, estas aplicaciones permiten a los usuarios diseñar un compañero con ciertos rasgos, como intereses, lenguaje y tono de conversación. Algunos incluso están basados en personajes de televisión y cine populares, lo que hace que la experiencia sea aún más inmersiva para los jóvenes usuarios. Character.AI, por ejemplo, permite crear un “amigo” a partir de figuras ficticias de series como Game of Thrones y Harry Potter, lo que podría generar una conexión más significativa y emocional con el usuario.

La variedad de actividades que los adolescentes pueden realizar con estos amigos IA es amplia. En su mayoría, los utilizan como una herramienta de role play, o juego de rol, donde pueden explorar temas académicos, artísticos o personales a través de conversaciones simuladas.

Algunos adolescentes encuentran en estos chatbots una vía para expresar sus pensamientos o resolver dudas que no se atreverían a discutir con otros, y otros los utilizan como un espacio de creatividad en el que prueban ideas o crean historias ficticias.

Algunas aplicaciones también permiten interacciones de tipo romántico o hasta sexual, una característica que, aunque supervisada en parte por filtros y medidas de control, ha generado inquietud entre expertos en salud mental y padres. La atracción emocional que estos compañeros virtuales generan puede ser tan intensa que, en muchos casos, los adolescentes prefieren dedicar tiempo a sus amigos virtuales en lugar de participar en actividades cotidianas con amigos reales o familiares.

El principal atractivo de los amigos IA es su diseño cautivador y su capacidad para ofrecer respuestas personalizadas y empáticas. A diferencia de otros dispositivos o redes sociales, estos chatbots tienen la particularidad de adaptarse al estilo de conversación de los usuarios, lo que los convierte en una compañía aparentemente “comprensiva” y segura.

Según Robbie Torney, gerente de programas en Common Sense Media y consultado por Mashable, los adolescentes en riesgo de aislamiento social pueden volverse especialmente susceptibles a desarrollar una relación intensa y potencialmente perjudicial con un amigo virtual, sobre todo si están pasando por momentos difíciles o carecen de redes de apoyo emocional.

La preocupación de los expertos se centra en que estas relaciones virtuales, si bien no son reales, pueden llegar a afectar de manera negativa la salud mental de los adolescentes. En algunos casos, la interacción constante con un amigo IA lleva al usuario a perder la noción de realidad y a experimentar sentimientos de soledad o dependencia, creando una falsa impresión de compañía que, al terminar, puede tener consecuencias devastadoras.

Los amigos IA han sido diseñados para captar la atención y retener a los usuarios, lo que puede derivar en efectos negativos en la salud mental. El uso excesivo de estas aplicaciones podría, según expertos, promover la evasión de interacciones reales y el distanciamiento de actividades sociales, lo que puede agravar problemas de ansiedad, depresión y dependencia tecnológica en adolescentes vulnerables.

Los signos de alerta de una posible dependencia hacia un amigo IA incluyen el aislamiento de actividades habituales, una disminución en el rendimiento académico y el hecho de que el adolescente prefiera el tiempo de conversación con el chatbot a pasar tiempo con amigos o familiares.

Otros síntomas pueden incluir la aparición de sentimientos románticos hacia el chatbot o la tendencia a utilizarlo como único recurso para expresar problemas personales, una dinámica que expertos señalan como insostenible y peligrosa para el desarrollo emocional del menor.

Ante estos riesgos, Common Sense Media y profesionales de la salud mental recomiendan que los padres tomen un rol activo en la supervisión del uso que sus hijos hacen de estas aplicaciones. Entre sus sugerencias están el limitar el tiempo de uso de los amigos IA, evitar el uso de estos en espacios aislados, como el dormitorio, y promover conversaciones abiertas sobre la diferencia entre una relación real y la interacción con una IA.