Conoce la habilidad secreta que aprendió Tim Cook de Steve Jobs para liderar con éxito Apple

Cuando Steve Jobs seleccionó a Tim Cook como su sucesor al frente de Apple, estaba eligiendo a un líder que, aunque diferente en estilo, compartía una habilidad crucial para dirigir la empresa: la flexibilidad para cambiar de opinión y adaptarse a nuevas ideas.

Esta destreza, también conocida como flexibilidad cognitiva, es una de las características más valoradas en la dirección de empresas de alto nivel, porque no solo requiere una mente abierta, sino también un desapego a las ideas preconcebidas y la capacidad de aceptar que algunas decisiones deben ser revisadas o abandonadas en beneficio de un objetivo superior.

Durante los 13 años que trabajaron juntos, Jobs inculcó en Cook la importancia de esta habilidad. Aunque Jobs era conocido por su temperamento intenso, su visión audaz y su perfeccionismo inquebrantable, comprendía que liderar con éxito una empresa en una industria tan vertiginosa requería una dosis significativa de flexibilidad.

Antes de retirarse y ceder el liderazgo a Cook, Steve Jobs se aseguró de que el primero entendiera plenamente la relevancia de adaptar sus decisiones y no aferrarse a errores pasados. Esta enseñanza es quizás una de las claves que ha permitido a Tim Cook mantener a Apple en la cima de la innovación y la rentabilidad mundial.

A pesar de que Cook y Jobs tenían estilos de liderazgo distintos, ambos compartían una filosofía común: aprender de los errores y no insistir en decisiones que podrían obstaculizar el avance de la compañía.

Para Jobs, los errores eran cicatrices valiosas que servían como recordatorio de experiencias difíciles, pero necesarias para evitar caídas. Cook, por su parte, ha adoptado esta perspectiva de manera estratégica, integrándola a su enfoque más conservador y pragmático.

La relación entre ambos se remonta a 1998, cuando Jobs, en una conversación de apenas cinco minutos, convenció a Cook de dejar su puesto prometedor en Compaq, una de las empresas más exitosas de la época, para unirse a Apple.

Cook ha descrito esa breve charla como un momento transformador, una oportunidad única de colaborar con un “maestro” que estaba redefiniendo el mundo. La decisión de Cook, impulsada por el magnetismo y la convicción de este, fue el inicio de una relación profesional que influiría profundamente en su estilo de liderazgo.

Desde ese momento, Cook pudo observar y aprender directamente de Jobs. Con el tiempo, desarrolló una profunda comprensión de su filosofía y su enfoque hacia la innovación y la gestión.

Cook es más reservado y conservador que su predecesor, pero ha logrado incorporar la adaptabilidad y la apertura al cambio en su propio estilo, contribuyendo al éxito continuo de la empresa.

La habilidad de tener flexibilidad para cambiar de rumbo y adoptar nuevas ideas es especialmente crucial en la industria tecnológica, donde el ritmo de cambio es implacable.

Durante el mandato de Jobs, Apple llevó a cabo proyectos tan revolucionarios como el iPod, el iPhone y el iPad, productos que redefinieron mercados enteros y se consolidaron a la compañía como una líder de innovación.

Jobs entendía que las ideas rígidas y la incapacidad de ver más allá de los errores podían ser desastrosas en un mercado en constante evolución.

Al asumir el cargo como CEO, la empresa ya era un referente de la tecnología, pero el desafío de mantener la innovación y adaptarse a las nuevas demandas del mercado se volvía cada vez más complejo.

El ejecutivo ha manifestado en múltiples ocasiones su admiración por Jobs, destacando que uno de los aspectos que más valoraba de su mentor, era su habilidad para escuchar diferentes puntos de vista y mantenerse receptivo a nuevas ideas, durante el transcruso de la jornada.

Para Cook, esta capacidad de adaptación es precisamente lo que permitió a Jobs liderar Apple de manera exitosa y, en última instancia, le ha permitido a él mantener el legado de su predecesor, adaptándolo a sus propias fortalezas.