Cinco preguntas que debes hacerte antes de comprar un TV: no inviertas mal tu dinero

Para las compras de fin de año o temporada de festividades, la elección de un televisor de buena calidad se vuelve una tarea compleja como consecuencia de un mercado lleno de opciones y avances tecnológicos.

Desde pantallas de alta resolución hasta funciones inteligentes, los fabricantes buscan atraer a los consumidores con una amplia gama de características. Sin embargo, para evitar gastar más de la cuenta en un televisor que no cumple con las expectativas o necesidades, es importante detenerse a analizar ciertas cuestiones clave.

Antes de realizar la compra, considerar aspectos técnicos y prácticos que pueden marcar la diferencia entre una buena inversión y un gasto innecesario. Así que se presentan cinco preguntas que ayudarán a cualquier usuario a tomar una decisión informada al momento de elegir el televisor adecuado para su hogar.

El tamaño del televisor es uno de los primeros factores que se debe considerar. Aunque puede ser tentador optar por una pantalla gigante, el espacio disponible y la distancia desde donde verás la televisión son elementos esenciales.

En general, para una buena experiencia de visualización, se recomienda que la distancia entre el sofá y el televisor sea entre 1,5 y 2,5 veces el tamaño de la pantalla. Es decir, si se planea adquirir un televisor de 50 pulgadas se debería colocar a aproximadamente dos metros de distancia.

También, es importante asegurarse de que el televisor no sobresalga o desentone con el resto del mobiliario de la habitación. Un televisor demasiado grande en un espacio pequeño resulta incómodo y perjudica la experiencia visual.

La resolución de la pantalla determina la claridad y nitidez de la imagen. Actualmente, los televisores se ofrecen en diferentes resoluciones como HD (720p), Full HD (1080p), 4K Ultra HD e incluso 8K.

Puede que las resoluciones más altas ofrezcan mayor calidad de imagen, pero es necesario preguntarse si realmente se necesita una resolución tan avanzada. Para la mayoría de los usuarios, un televisor 4K es más que suficiente, porque hay una gran cantidad de contenido disponible en esta calidad, tanto en servicios streaming como en videojuegos.

Los televisores 8K, aunque impresionantes, todavía no tienen una cantidad significativa de contenido disponible que justifique su compra para un usuario promedio. Si solo se usará el televisor para ver noticieros o programas convencionales, un Full HD podría ser más adecuado y ahorraría más dinero.

Los televisores inteligentes o Smart TV son cada vez más comunes, porque permiten acceder a internet, aplicaciones de streaming como Netflix o YouTube, y hasta realizar videollamadas. No obstante, no todos los usuarios sacarán provecho de estas funciones.

Antes de pagar más por un televisor con funciones inteligentes, hay que evaluar si realmente se usarán. Si ya se cuenta con dispositivos como una consola de videojuegos, un Chromecast o una caja de streaming que permiten acceder a estas aplicaciones, tal vez no sea necesario que el televisor tenga estas funciones integradas.

Además, recordar que algunos televisores inteligentes suelen volverse obsoletos con el tiempo si los fabricantes dejan de actualizar sus sistemas operativos.

Los televisores de gama alta vienen equipados con tecnologías adicionales como HDR (High Dynamic Range), Dolby Vision y tasas de refresco más altas (120 Hz o superiores). Si la familia es aficionada al cine o los videojuegos, estas características pueden mejorar considerablemente la calidad de imagen y la fluidez de movimiento en la pantalla.

El HDR ofrece colores más vivos y mejores contrastes, lo que se traduce en una experiencia más realista. No obstante, si solo se usa el televisor para contenido cotidiano, es posible que no se note una diferencia.

Al evaluar qué tecnologías adicionales realmente mejorarán la experiencia, identificar los hábitos de consumo y el tipo de contenido que se suele ver. No siempre es necesario pagar más por las funciones que no se utilizarán.

El presupuesto que tiene para la compra de un televisor es una de las preguntas más importantes que se debe hacer cada usuario. Estos electrodomésticos varían en precio según el tamaño, la resolución, las funciones inteligentes y las tecnologías adicionales que incluyen.

Definir esto desde el principio ayudará a evitar gastos innecesarios y poner énfasis en las características que realmente se requieren. Optar por el modelo más avanzado puede ser tentador, pero es importante mantener las expectativas realistas sobre lo que se ajusta a tu bolsillo y las necesidades.

Asimismo, no se debe olvidar de tener en cuenta otros costos asociados, como la instalación o la compra de accesorios como soportes de pared, cables HDMI o barras de sonido para mejorar la experiencia de audio.