Amazon ahora apuesta por la energía nuclear con este plan anti contaminación global

Amazon Web Services (AWS), la división de computación en la nube de Amazon, ha dado un paso adelante hacia la energía limpia al firmar un acuerdo con Dominion Energy, una empresa de servicios públicos de Virginia. Juntos planean construir reactores modulares pequeños (SMR), una nueva tecnología en energía nuclear que se considera más limpia y menos contaminante.

Los SMR son reactores nucleares de menor tamaño, lo que facilita su construcción y operación en más lugares. Esta tecnología es clave para reducir las emisiones de carbono, algo que AWS busca para hacer que sus centros de datos, que consumen mucha energía, sean más sostenibles.

“La energía nuclear es una fuente segura de energía libre de carbono que puede ayudar a impulsar nuestras operaciones y satisfacer las crecientes demandas de nuestros clientes, a la vez que nos ayuda a avanzar hacia nuestro compromiso Climate Pledge de alcanzar cero emisiones netas de carbono en todas nuestras operaciones para 2040″, afirmó Matt Garman, director ejecutivo de Amazon Web Services (AWS).

Un centro de datos es un edificio lleno de servidores, que son básicamente potentes computadoras que almacenan y procesan toda la información en internet. Cada vez que un usuario envía un mensaje, ve un video o guarda una foto, esa información pasa por uno de estos centros.

Estos lugares necesitan mucha energía para mantener todos esos servidores funcionando y evitar que se sobrecalienten.

Según la empresa de energía Enel, estos centros consumen actualmente alrededor de 200 teravatios hora (TWh) de energía al año. Esta cifra ya supera el consumo energético de algunos países y representa aproximadamente el 1% de la demanda global de electricidad.

Se estima que para el 2030, el consumo de energía de los centros de datos podría multiplicarse por 15, alcanzando el 8% de la demanda total de electricidad proyectada.

Según el portal Argentina.gob.ar, la energía nuclear ofrece la ventaja de generar un bajo impacto ambiental, lo que la convierte en una fuente de energía sustentable y limpia. A diferencia de otras fuentes, la energía nuclear produce cantidades mínimas de gases responsables del efecto invernadero, lo que la posiciona como una alternativa atractiva para reducir la huella de carbono.

Por esta razón, se considera una opción viable para implementar en los centros de datos, que requieren grandes cantidades de energía para funcionar. Una de las formas de llevar esto a cabo es mediante el uso de reactores modulares pequeños (SMR).

“Los SMR generan energía libre de carbono las 24 horas del día, pero con una huella de carbono significativamente menor y menores costos iniciales de capital”, indica Dominion Energy.

“Una de las formas más rápidas de abordar el cambio climático es la transición de nuestra sociedad a fuentes de energía libres de carbono, y la energía nuclear no solo es libre de carbono sino que puede escalarse”, dijo el director ejecutivo de Amazon Web Services.

Los centros de datos de IA son instalaciones especializadas en almacenar y procesar grandes volúmenes de datos para inteligencia artificial. A diferencia de los centros de datos tradicionales, estos están diseñados para manejar tareas mucho más complejas, como entrenar modelos de IA, análisis masivos de datos, procesamiento de lenguaje natural y reconocimiento de imágenes.

Un artículo de la Revista de Ingeniería y Ciencias Exactas (jCEC) señala que los centros de datos consumen enormes cantidades de energía, lo que ha generado inquietudes sobre su impacto ambiental.

De acuerdo con un informe del Financial Times, en Virginia, Estados Unidos, donde se encuentra la mayor concentración de centros de datos a nivel mundial, el consumo de agua se incrementó casi un 65% entre 2019 y 2023, pasando de 1.130 millones a 1.850 millones de galones.

Por otro lado, un estudio de 2023 de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas reveló que el modelo ChatGPT (basado en GPT-3) requería el equivalente a una botella de 500 ml de agua para mantener una conversación de entre 20 y 50 preguntas. Estas cifras subrayan la importancia de encontrar soluciones para reducir el impacto ambiental de estas tecnologías.