La seguridad en línea se ha convertido en una prioridad fundamental para los usuarios de internet y de dispositivos electrónicos, por la cantidad de información personal, financiera y profesional que se comparte y almacena en diversas plataformas digitales.
Cada vez más personas realizan operaciones bancarias, compras, comunicaciones y gestiones laborales a través de dispositivos conectados, lo que amplifica la importancia de la protección. En este contexto, las contraseñas juegan un papel crucial como una de las primeras líneas de defensa ante posibles ciberataques.
No obstante, la realidad es que muchas personas siguen utilizando contraseñas débiles o fáciles de adivinar, lo que las hace vulnerables frente a ciberdelincuentes que emplean diversas técnicas para acceder a cuentas y datos privados. Para mitigar estos riesgos, es vital contar con contraseñas robustas que cumplan con ciertos criterios de seguridad.
Cómo crear una contraseña difícil de descifrar
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos, una contraseña fuerte no solo debe ser lo suficientemente compleja, sino también estar diseñada de forma que sea difícil de predecir o descifrar.
Una de las principales recomendaciones es que una contraseña debe tener al menos 12 caracteres para ser considerada segura. Cuanto más larga sea la contraseña, más combinaciones posibles existirán, lo que dificulta su descifrado.
Un ataque de fuerza bruta, que consiste en probar todas las combinaciones posibles de caracteres, tardaría mucho más en descifrar una contraseña de 12 caracteres que una de 8.
Qué debe contener una contraseña para ser difícil de descifrar
Para una contraseña segura hay que usar una mezcla de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos especiales. Una clave de seguridad que combine estos cuatro tipos de caracteres es mucho más difícil de descifrar.
Por ejemplo, una contraseña como “P@s$w0rd!2023″ es significativamente más segura que “password2023″. Los caracteres especiales y los números añaden capas adicionales de complejidad, complicando los intentos de adivinarlas mediante técnicas comunes como ataques de diccionario.
También, una de las principales vulnerabilidades de las contraseñas es el uso de palabras del diccionario o combinaciones predecibles, como “123456″ o “password”. Cada año, millones de personas siguen utilizando estas contraseñas débiles, facilitando el trabajo de los atacantes.
Una clave verdaderamente segura no debe incluir palabras comunes o patrones fáciles de predecir, como fechas de cumpleaños o nombres familiares. Los cibercriminales emplean bases de datos con millones de palabras y combinaciones posibles que prueban automáticamente para descifrar contraseñas.
Qué errores se deben evitar al crear una contraseña
Un error común que compromete la seguridad es la reutilización de contraseñas en diferentes plataformas. Según un informe de LastPass, alrededor del 60% de los usuarios de internet admiten haber utilizado la misma contraseña para varias cuentas en línea.
Esto implica que si una de esas cuentas es vulnerada, todas las demás están en riesgo. Una contraseña segura es única para cada plataforma, lo que garantiza que, en caso de una filtración de datos, las demás cuentas no se verán comprometidas.
Asimismo, evitar el uso de datos personales en las contraseñas es esencial para garantizar su fortaleza. Información como nombres de familiares, fechas de nacimiento o direcciones pueden ser fácilmente obtenidas por ciberdelincuentes a través de redes sociales y otros medios.
Los atacantes suelen investigar las redes sociales de sus objetivos en busca de pistas sobre sus contraseñas. Una contraseña segura no contiene datos personales que puedan ser adivinados o investigados.
Qué herramientas usar para crear una contraseña
Un administrador de contraseñas puede ser un aliado en la gestión de credenciales seguras. Estas aplicaciones generan claves aleatorias y complejas, sin la necesidad de que el usuario tenga que recordarlas todas.
Según el Centro Nacional de Seguridad Cibernética (NCSC) del Reino Unido, los administradores de contraseñas reducen significativamente el riesgo de utilizar contraseñas débiles o reutilizadas. Además, las contraseñas almacenadas en estos programas suelen estar cifradas, lo que añade una capa adicional de protección.
Cada cuánto cambiar una contraseña
Una contraseña segura debe ser actualizada regularmente, especialmente en cuentas sensibles como bancos o correos electrónicos. Algunos expertos, ya no recomiendan cambiar las contraseñas cada pocos meses, pero es importante hacerlo si existe alguna sospecha de que la clave de seguridad ha sido comprometida.
Aunque la mayoría de los usuarios confían en sus contraseñas durante largos períodos, una señal clara de una buena práctica de seguridad es estar dispuesto a actualizarlas cuando sea necesario para prevenir cualquier vulnerabilidad.