Paso a paso para limpiar correctamente el aire acondicionado y dejarlo como nuevo

Con el fin del verano en varias partes del mundo, muchos hogares comienzan a dejar de usar el aire acondicionado, un aparato enfocado en sobrellevar las altas temperaturas de la temporada. Sin embargo, es crucial darle un adecuado mantenimiento.

Después de meses de uso constante, el aire acondicionado acumula polvo, suciedad y bacterias, que afecta su funcionamiento y la calidad del aire que emiten. Aunque es fácil olvidar este paso, la limpieza profunda de este aparato es fundamental para asegurar su eficiencia, prolongar su vida útil y, lo más importante, mantener un ambiente saludable en el hogar.

Siempre se recomienda que este tipo de mantenimiento se realice al menos una vez al año, preferiblemente al final de la temporada de calor, para dejar el aparato en condiciones óptimas y prevenir problemas futuros. Un aire acondicionado sucio disminuye su capacidad de enfriar, y puede consumir más energía y, en el peor de los casos, enfermar a toda la familia.

Durante los meses de verano, el aire acondicionado está en constante uso, lo que provoca la acumulación de polvo, polen, bacterias y otros contaminantes tanto en los filtros como en las bobinas internas.

Si no se limpia adecuadamente, estos elementos pueden disminuir la eficiencia del aparato, aumentar el consumo de energía e incluso poner en riesgo la salud, ya que los microorganismos acumulados podrían terminar en el aire que respiramos.

Un aire acondicionado limpio no solo enfría mejor, sino que también mejora la calidad del aire, reduce las probabilidades de averías y alarga la vida útil del equipo. Según informes recientes, una limpieza periódica puede mejorar la eficiencia energética hasta en un 15%.

Antes de comenzar cualquier tipo de limpieza, hay que asegurarse de que el aire acondicionado esté apagado y desconectado de la corriente eléctrica. Esto evitará accidentes y permitirá trabajar con seguridad en las partes internas del equipo.

Asimismo, hay que comenzar con el filtro de aire porque se encarga de capturar polvo y partículas en suspensión. Si el filtro está obstruido, el flujo de aire se reduce y el aparato necesita trabajar más para enfriar el espacio.

• Abre la tapa frontal del aire acondicionado y extrae los filtros con cuidado.
• Si el filtro es lavable, enjuágalo con agua tibia y un poco de jabón suave. Puedes usar un cepillo suave para eliminar el polvo acumulado. Luego, deja que se seque completamente antes de volver a instalarlo.
• Si el filtro no es lavable o está en mal estado, es recomendable reemplazarlo por uno nuevo. Consulta las especificaciones del fabricante para comprar el filtro adecuado.

Las bobinas del evaporador y del condensador son fundamentales para el funcionamiento del aire acondicionado. Permiten el intercambio de calor y si están sucias, la capacidad de enfriamiento del equipo se ve comprometida.

Normalmente, las bobinas están ubicadas en la unidad interior (evaporador) y en la unidad exterior (condensador). Hay que retirar las cubiertas con cuidado siguiendo las instrucciones del fabricante.

Además, hay que utilizar un cepillo de cerdas suaves o una aspiradora con un accesorio especial para eliminar el polvo y los residuos superficiales. Si las bobinas están muy sucias, puedes aplicar un limpiador especial para bobinas, que está disponible en tiendas especializadas.

El ventilador se encarga de mover el aire a través del sistema, por lo que también acumula polvo y suciedad con el tiempo. En la mayoría de los equipos de aire acondicionado, se encuentra cerca de las bobinas del condensador.

Hay que limpiar las aspas del ventilador con un paño húmedo. Si está muy sucio, usa una solución de agua con jabón suave para remover la grasa acumulada. En caso de que se note algún ruido o mal funcionamiento en el ventilador, podría ser necesario llamar a un técnico para revisar el motor.

También, hay que revisar la bandeja de condensación y el tubo de drenaje. Si se encuentran obstrucciones, usa un alambre flexible o un limpiador de tuberías para despejar el desagüe. Corroborar que el agua pueda fluir libremente.

Una vez completada la limpieza, hay que conectar el aire acondicionado y encenderlo para comprobar que todo funciona correctamente. Además, escuchar si hay ruidos inusuales y verificar que el aire frío fluya sin problemas.