La inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente el mundo laboral, y los profesionales que se adapten a esta tecnología serán fundamentales en diversas industrias. Desde la medicina hasta la programación, pasando por la filosofía y el derecho, la IA redefine las competencias que serán más demandadas en los próximos años.
Un estudio reciente de la consultora McKinsey Global Institute revela que para 2030, hasta el 70% de las empresas a nivel mundial tendrán implementaciones de IA en sus procesos diarios.
Asimismo, con el auge de las ciudades inteligentes y el desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas, es vital conocer qué áreas emergen como esenciales en este nuevo panorama.
Por qué los médicos deben comenzar a integrar herramientas con IA
El campo de la medicina ha sido uno de los más beneficiados por la implementación de la inteligencia artificial. La capacidad de los algoritmos para procesar grandes cantidades de datos y generar diagnósticos más precisos en menos tiempo es solo el comienzo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demanda de médicos capacitados en el uso de IA se incrementará durante la próxima década, especialmente en áreas como la radiología, la genética y la cirugía robótica.
Camilo Montañez, experto en Metaverso y IoT, afirmó en la Conferencia de Usuarios Esri que “una carrera que sin duda recomendaría estudiar para el futuro es la medicina, porque no tenemos suficientes médicos y la tecnología se convertirá en su principal aliada”.
Los profesionales de la salud que integren la IA en su práctica diaria serán fundamentales para enfrentar la creciente complejidad de las enfermedades y la eventual escasez de personal.
En concreto, las tecnologías de IA pueden ayudar a identificar patrones en imágenes médicas, mejorar la precisión en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer y permitir un monitoreo constante de pacientes crónicos a través de dispositivos inteligentes.
Qué hace un programador y por qué son de los trabajos mejor pagos
La programación ya es un campo esencial en el presente, pero su importancia se multiplicará en el futuro gracias a la inteligencia artificial. La capacidad de entender y crear algoritmos que gobiernen el comportamiento de sistemas inteligentes será una habilidad clave y bien recompensada.
Montañez destaca que “un moderador que entienda de programación será muy demandado por las empresas”. Los profesionales que manejan lenguajes de programación en IA, como Python, y que comprendan el funcionamiento de redes neuronales y aprendizaje automático (machine learning), tendrán un futuro asegurado.
El estudio de McKinsey también predice que, los desarrolladores que trabajen en proyectos de inteligencia artificial serán indispensables para crear las infraestructuras de las ciudades inteligentes.
Desde diseñar sistemas de tráfico autónomo hasta mejorar la ciberseguridad de las comunicaciones urbanas, estas dos áreas estarán en el corazón de estas transformaciones.
Por qué los abogados y filósofos deben aprender de inteligencia artificial
A medida que la IA se infiltra en todos los aspectos de la vida humana, surgen preguntas éticas y legales que deben ser abordadas. Aquí es donde los profesionales del derecho y la filosofía cobran especial relevancia.
“En combinación con la tecnología, carreras como derecho y filosofía serán muy poderosas”, comenta Montañez, quien subraya la necesidad de entender el comportamiento humano para el desarrollo de proyectos de IA.
Los filósofos y abogados expertos en IA desempeñarán un papel crucial en la creación de marcos éticos y normativos que guíen el uso responsable de la inteligencia artificial. Las decisiones automatizadas de los algoritmos, desde la concesión de préstamos hasta las sentencias judiciales, deberán estar alineadas con principios de justicia y equidad.
El derecho de la IA, una rama emergente, se encargará de regular temas relacionados con la privacidad, la responsabilidad y el uso de datos. Por otro lado, la filosofía ayudará a entender los límites de la inteligencia artificial que no perjudique a la humanidad.