Si mi pareja me revisa el celular y mis redes sociales: ¿es un delito?

Las leyes en varios países tienen muy claro lo que se debe hacer en estos casos, ya que se atenta contra la privacidad y seguridad emocional

La privacidad y seguridad de los usuarios está dentro de las leyes y por eso el ingreso sin permiso puede llevar a la carcel. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En las relaciones sentimentales, la confianza y el respeto son fundamentales para mantener una conexión saludable y duradera. Sin embargo, en muchas ocasiones, estos factores se ven vulnerados por la falta de límites en la privacidad, especialmente en la era digital, donde los dispositivos móviles y las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestra vida personal.

La duda de si revisar el celular de la pareja o acceder a sus redes sociales sin permiso constituye un delito es cada vez más recurrente en el contexto legal de diversos países, por eso es importante revisar cuáles son los límites y cómo abordar esta situación.

Tomando como ejemplo lo que dice la ley en Colombia y Perú, evaluamos esta situación que se repite en muchas parejas, para que cada usuario evalúe su caso, según lo que dice la ley, que en la mayoría de los casos protege la privacidad y seguridad de la información de los individuos.

¿Es legal o no revisar el celular de mi pareja?

En Colombia, la ley es clara cuando se trata de la privacidad digital. Según el Código Penal Colombiano, existen dos artículos que regulan el acceso no autorizado a dispositivos electrónicos: el Artículo 269A y el Artículo 269F. Estos artículos están orientados a proteger la privacidad de los ciudadanos en el ámbito digital.

La privacidad y seguridad de los usuarios está dentro de las leyes y por eso el ingreso sin permiso puede llevar a la carcel. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Artículo 269A, conocido como Acceso Abusivo a un Sistema Informático, penaliza el acceso a sistemas informáticos sin el consentimiento de su propietario. Esto incluye teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos. Si, por ejemplo, una persona toma el celular de su pareja sin su permiso y revisa mensajes de texto, fotos o correos electrónicos, podría estar incurriendo en un delito, ya que el dispositivo se considera un sistema informático protegido por la ley.

La sanción por este delito puede incluir penas privativas de libertad, dependiendo de la gravedad del caso y la información a la que se haya accedido.

Por su parte, el Artículo 269F, relativo a la Violación de Datos Personales, protege la información privada de las personas. Si una persona accede a los datos personales de su pareja, como fotos, mensajes privados o información financiera, y los divulga sin autorización, estaría violando este artículo. Esta violación es considerada grave, ya que atenta directamente contra el derecho a la intimidad y la protección de datos personales.

El caso de Perú es igualmente relevante. En este país, el Código Penal regula la invasión a la privacidad a través del Artículo 161, que trata sobre la Violación del Secreto de las Comunicaciones. Este artículo establece que cualquier persona que abra, acceda o se apropie indebidamente de comunicaciones, ya sea cartas, correos electrónicos o cualquier otro medio, sin autorización del destinatario, será sancionada con pena privativa de libertad y multas. Esto incluye, de manera específica, los dispositivos móviles.

La privacidad y seguridad de los usuarios está dentro de las leyes y por eso el ingreso sin permiso puede llevar a la carcel. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según James Rodríguez, abogado penalista y constitucionalista, y presidente de la Sociedad Peruana de Defensa Legal, revisar el celular de la pareja sin su consentimiento podría ser catalogado como un delito bajo el artículo 161 del Código Penal. El experto aclara que, aunque se trate del cónyuge o de una persona cercana, la apropiación indebida de información contenida en dispositivos electrónicos, como fotos o mensajes, es una clara violación de la ley.

Rodríguez también hace referencia al Artículo 2 de la Constitución Política de Perú, que protege la intimidad y el secreto de las telecomunicaciones. La revisión del teléfono móvil de la pareja, ya sea para acceder a mensajes, fotos o redes sociales, se enmarca dentro de esta protección constitucional. Es decir, la ley ampara al ciudadano frente a este tipo de intrusiones, independientemente de la relación que mantenga con la persona que accede a su dispositivo sin permiso.

Por su parte, el abogado especializado en derecho digital, Erick Iriarte, añade que además de la violación a la intimidad, el acceso no autorizado a dispositivos móviles podría considerarse una violación a las leyes de delitos informáticos.

Según el artículo 208, inciso a, del Código Penal, quien acceda a un sistema informático sin autorización o excediendo los permisos concedidos, puede ser sancionado con penas de uno a cuatro años de prisión, además de una multa. Iriarte destaca que, si bien es común que en una relación se compartan contraseñas o dispositivos, esto debe hacerse con pleno consentimiento, de lo contrario, podría haber implicaciones legales.

La privacidad y seguridad de los usuarios está dentro de las leyes y por eso el ingreso sin permiso puede llevar a la carcel. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Abuso emocional, otro tema legal involucrado

Más allá de las sanciones legales, el control tecnológico en las relaciones de pareja es también un indicador de abuso emocional. Este tipo de control puede empezar de manera sutil, con peticiones de “curiosidad” por parte de la pareja, como revisar los mensajes del móvil o las redes sociales, pero con el tiempo puede transformarse en un patrón de control constante que afecta la autoestima y la libertad de la persona.

Como señala el Código Penal Peruano, no es necesario que se revele la información encontrada en el dispositivo para que se configure el delito. El simple hecho de acceder sin permiso y descubrir información privada constituye una violación a la intimidad. Si este control tecnológico se acompaña de amenazas o chantajes, el escenario puede agravarse, convirtiéndose en un caso de abuso psicológico que puede tener consecuencias devastadoras en la salud emocional de la persona afectada.

En ambos países, la ley es clara: independientemente de la relación entre las personas, la invasión a la privacidad digital es un delito. Las parejas deben respetar los límites y la autonomía de cada individuo, incluso cuando comparten una vida en común. El respeto mutuo es clave para evitar caer en situaciones de control y abuso.