Cuatro trucos para mejorar una foto antes de publicarla en Instagram

En el pasado quedaron los días en los que se necesitaba una cámara especializada para capturar imágenes de alta calidad; en la actualidad, un smartphone es capaz de producir fotos que rivalizan con las tomadas por cámaras profesionales.

Sin embargo, este avance no se debe únicamente a las mejoras en las cámaras de los dispositivos, sino también, al desarrollo de aplicaciones móviles de edición fotográfica como Google Photos, Snapseed y Lightroom.

Estas aplicaciones no solo ofrecen la posibilidad de realizar ajustes básicos, como recortar una imagen o ajustar el brillo y el contraste, sino que también, han incorporado herramientas avanzadas impulsadas por inteligencia artificial (IA). Estas permiten la eliminación automática de objetos no deseados, mejorando la calidad y la composición de las fotografías.

Uno de los primeros pasos en la edición fotográfica es el recorte, una técnica que ayuda a eliminar elementos superfluos de la imagen y a centrar la atención en el sujeto principal. Este proceso no solo mejora la estética de la fotografía, sino que también puede corregir errores en la composición original.

Un buen recorte puede dirigir la mirada del espectador hacia el punto de interés de la imagen mediante líneas que parten desde las esquinas de la foto, creando una especie de guía visual que realza el tema central.

Asimismo, con frecuencia al capturar una imagen, no se presta suficiente atención a la composición ni se utiliza una cuadrícula para asegurarse de que los elementos están correctamente alineados.

Sin embargo, la edición posterior permite corregir estos aspectos, transformando una foto ordinaria en una que destaca en las redes sociales. En este sentido, el recorte se convierte en una herramienta útil para refinar la composición y mejorar la narrativa visual de la imagen.

Otro aspecto crucial en la edición fotográfica es el ajuste del brillo y el contraste. Estos parámetros son determinantes para mejorar la visibilidad de los detalles y equilibrar las sombras y las luces en una fotografía.

La cámara del móvil, por más avanzada que sea, está sujeta a limitaciones derivadas de las condiciones de iluminación en el momento de la captura. Es aquí donde las herramientas de edición juegan un papel vital, permitiendo a los usuarios corregir la exposición y mejorar el equilibrio tonal de la imagen.

Aplicaciones como Snapseed y Lightroom ofrecen ajustes precisos para el brillo y el contraste, permitiendo a los usuarios refinar sus imágenes hasta obtener el resultado deseado.

En los últimos años, la incorporación de inteligencia artificial en las aplicaciones de edición fotográfica ha marcado un antes y un después en la manera en que se editan fotos.

Google Photos, por ejemplo, ha integrado IA para ofrecer sugerencias automáticas de mejoras en las fotos, como el ajuste del color o la eliminación de elementos no deseados. Estas sugerencias están diseñadas para mejorar la foto de manera intuitiva, ahorrando tiempo y esfuerzo al usuario.

Además, la IA ha permitido la automatización de tareas que antes requerían un conocimiento técnico avanzado. La eliminación de objetos no deseados es uno de los ejemplos más destacados.

Esta función, disponible en aplicaciones como Lightroom y Snapseed, utiliza algoritmos de IA para identificar y eliminar elementos indeseados de una foto, logrando resultados que antes solo se podían obtener con software profesional como Adobe Photoshop.

No solo las aplicaciones de terceros han mejorado, sino que las herramientas integradas en los dispositivos móviles han evolucionado significativamente. Tanto Google Photos en Android como Fotos en dispositivos Apple ofrecen una gama de opciones de edición que, hasta hace poco, solo estaban disponibles en software especializado.

Estas herramientas, combinadas con la creciente calidad de las cámaras de los smartphones, han democratizado el acceso a la edición fotográfica, permitiendo que cualquier usuario pueda mejorar sus fotos de manera sencilla y efectiva.