Elon Musk volvió a su batalla legal contra OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, y sus fundadores, Sam Altman y Greg Brockman, alegando fraude e incumplimiento de contrato. Esta nueva demanda, presentada en California, se centra en la supuesta desviación de la compañía de su misión original de desarrollar inteligencia artificial “por el bien de la humanidad” hacia un enfoque más comercial.
La reclamación presentada es similar a la que retiró en junio, apenas unas horas antes de que un tribunal de San Francisco decidiera si procedía. Sin embargo, según el abogado de Musk, Marc Toberoff, esta nueva acción legal es “más potente” que la anterior, ya que también se menciona que los directivos de OpenAI le estafaron los 45 millones de dólares que invirtió en la creación de la compañía.
Por qué Elon Musk demandó a OpenAI
Elon Musk cofundó OpenAI en 2015 junto con Sam Altman y Greg Brockman con la promesa de que la organización funcionaría como una entidad sin ánimo de lucro, destinada a desarrollar IA que beneficiara a toda la humanidad. El empresario, que formó parte del consejo de administración de la compañía entre 2016 y 2018, sostiene que fue manipulado para apoyar la fundación bajo esta premisa altruista.
En su demanda, argumenta que Altman y Brockman le afirmaron que la estructura sin ánimo de lucro de OpenAI la diferenciaría de otros proyectos comerciales, lo que permitiría atraer a los mejores científicos y desarrollar tecnologías de IA de vanguardia de manera abierta y segura. Según Musk, esta promesa fue fundamental para su decisión de invertir decenas de millones de dólares y de reclutar a algunos de los mejores talentos del mundo en inteligencia artificial.
La demanda detalla cómo OpenAI cambió su estructura en 2019, creando una organización con fines de lucro llamada OpenAI Global, LLC. Este cambio permitió a la empresa recibir una inversión de 13.000 millones de dólares de Microsoft, una medida que Musk considera una traición a los principios fundacionales de la empresa.
La asociación con Microsoft, es un claro ejemplo para el dueño de X de cómo Altman y Brockman priorizaron las ganancias comerciales sobre el bien público y una maniobra para enriquecer a los fundadores de OpenAI, alejándose de la misión inicial de la compañía.
Qué busca Elon Musk con esta demanda
La demanda de 81 páginas presentada en un tribunal federal de California acusa a Altman y Brockman de varios delitos, incluyendo fraude promisor, fraude constructivo, violaciones del RICO Act (Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas), conspiración para violar el RICO Act, incumplimiento de contrato expreso e implícito, enriquecimiento injusto y competencia desleal, entre otros.
Musk sostiene que ambos directivos orquestaron un plan para engañarlo y aprovecharse de su preocupación humanitaria sobre los peligros existenciales de la IA. Según el texto, los fundadores de OpenAI utilizaron la promesa de una estructura sin ánimo de lucro como una fachada para atraer la inversión y su apoyo, solo para cambiar de rumbo una vez que la empresa ganó tracción y valor tecnológico.
Marc Toberoff, abogado de Musk, declaró al New York Times que la nueva demanda busca anular la licencia exclusiva que OpenAI otorgó a Microsoft, que permite al gigante tecnológico utilizar y desarrollar la tecnología de GPT-4 en varios de sus productos, incluyendo Microsoft Copilot, Bing, Microsoft 365 y Windows.
También argumenta que esta alianza contradice los principios fundacionales de OpenAI y perjudica tanto a Musk como al interés público, que debería haber sido el principal beneficiario de los avances tecnológicos de OpenAI.
En caso de que el dueño de Tesal y SpaceX gane la demanda, se anularía el acuerdo que le da acceso da Microsoft a la tecnología de OpenAI, afectando el desarrollo y la implementación de sus productos de IA.