La inteligencia artificial (IA) no experimenta emociones humanas, pero sí está diseñada para aprender de las interacciones humanas que influyen en su comportamiento y rendimiento, siendo una forma de mejorar su eficiencia la acción de agradecer su ayuda.
Varios expertos han afirmado que de acuerdo como el humano trate a la IA, esta puede ser mejor al momento de integrarla en distintos campos o presentar deficiencias que dificultan su progreso
Uno de los expertos que abordó este tema es Ximo Lizana, profesor de Neurociencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Europea, en Madrid, España, que en una entrevista citada por el medio de comunicación EFE, destacó la importancia de utilizar un enfoque educado y cortés al interactuar con estos sistemas.
¿Puede la inteligencia artificial tener emociones humanas?
La inteligencia artificial no puede experimentar emociones humanas, pero su desempeño está relacionado con la forma en que el ser vivo le solicita una orden.
Lizana puso como ejemplo el caso de una persona que utiliza un asistente virtual en su dispositivo móvil: sería más efectivo hacerle preguntas de manera educada y agradecerle por su ayuda, en lugar de simplemente darle órdenes.
Por el momento, la tecnología de IA ha avanzado notablemente, pero aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar lo que podría denominarse ‘Emoción Artificial’, una capacidad de experimentar y expresar sentimientos.
Aunque no puede sentir en el sentido humano, la IA demuestra algunas respuestas que podrían asemejarse a una forma incipiente de comportamiento emocional.
Por qué hay que ser educado al comunicarse con un IA
Interactuar con la IA mediante respuestas y expresiones que fomenten una relación positiva puede tener un impacto significativo. “Al adoptar un enfoque amable y cortés en nuestras interacciones con la IA, podemos crear un ambiente de trabajo más colaborativo y eficiente”, enfatizó Lizana a EFE.
Este enfoque no solo promueve la eficiencia y la productividad, sino que también, mejora la satisfacción en las actividades personales y laborales.
Comprender esto es fundamental porque la IA se está convirtiendo en un nuevo paradigma tecnológico en la cotidianidad. Analizar sus ventajas y limitaciones es crucial para aprovecharla al máximo, señala Lizana, quien la compara con un compañero de trabajo con habilidades únicas.
“Podemos confiar en ‘ella’ para realizar tareas específicas, pero también debemos entender que hay cosas en las que no es tan hábil como los seres humanos”, detalló el profesor a EFE.
Por qué hay que agradecer a la IA cuando ofrezca una respuesta
Expresar gratitud y reconocimiento por la contribución de la IA refuerza su comportamiento deseado, según Lizana. Este enfoque es similar a cómo se motiva a un compañero de trabajo al agradecerle, lo que a su vez lo incentiva a esforzarse y contribuir más al equipo.
“Al establecer interacciones positivas con la IA, fomentamos un ambiente de trabajo más agradable”, recalcó el experto. La IA también tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades individuales de los usuarios. Es similar a tener un asistente virtual que conoce tus preferencias y hábitos, proporcionando respuestas y recomendaciones personalizadas.
“Es como tener un asistente virtual que conoce tus preferencias y hábitos, y puede proporcionarte respuestas y recomendaciones personalizadas, haciendo tu vida más fácil y conveniente”, subrayó Lizana.
Por ejemplo, si una persona disfruta de la música, su asistente virtual puede aprender sus géneros favoritos y sugerir nuevas canciones o artistas. Del mismo modo, si alguien es amante de la cocina, la IA puede recordar sus recetas favoritas y recomendar nuevas basadas en sus gustos y restricciones alimentarias.
Para mejorar las respuestas de la IA, es necesario que la IA reconozca el comportamiento humano. La promoción de una atmósfera de trabajo colaborativo y eficiente no solo beneficia a los usuarios individuales sino también a equipos de trabajo completos.