Datos que nunca debes compartir en internet: fotos de niños, documentos y mucho más

Para cuidar tu ciberseguridad debes mantener oculta información personal en redes sociales y correo electrónico

Los datos personales pueden ser usados para casos de acoso, extorsión, estafa o suplantación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El primer sistema de seguridad somos nosotros mismos y la conciencia que tengamos de cómo usamos internet, las redes sociales y el correo electrónico. Aunque tengamos el mejor software antivirus y dispositivos con alto rango de protección, la responsabilidad de los datos cae principalmente en nosotros y es importante entender qué tipo de información nunca debemos compartir.

El Instituto Nacional de Ciberseguridad de España publicó una serie de recomendaciones que sirven para los usuarios en todo el mundo, destacando siete tipos de información personal que nunca se deben entregar en línea, ya que son datos que nos exponen a situaciones de estafa, ciberacoso o suplantación.

Correo electrónico y número de teléfono

Uno de los primeros puntos es la importancia de mantener en privado tanto el correo electrónico como el número de teléfono. Estos datos son frecuentemente utilizados por ciberdelincuentes para lanzar ataques de ingeniería social, spam y phishing.

La ingeniería social es una técnica de manipulación que explota la confianza del usuario para obtener información confidencial. Los correos electrónicos y los números de teléfono son puertas de entrada para estos ataques, ya que pueden ser usados para engañar a las personas y hacerles revelar más información sensible o para instalar software malicioso en sus dispositivos.

Los datos personales pueden ser usados para casos de acoso, extorsión, estafa o suplantación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dirección y ubicación en tiempo real

Publicar dónde vives o los lugares que frecuentas puede ser extremadamente peligroso. No se puede prever las intenciones de las personas que obtienen esta información. Por ejemplo, podrían usarla para planificar robos o para acosar físicamente a alguien.

Además, compartir la ubicación en tiempo real revela cuándo no estás en casa, lo cual es una información valiosa para los ladrones.

Fotografías de menores

En el caso de las fotografías de menores, se aconseja siempre tapar la cara de los niños de algún modo, como usando emojis . Esto es fundamental para proteger la identidad y la privacidad de los menores, quienes son especialmente vulnerables en el entorno digital.

Aunque los contenidos subidos a redes sociales sean inocentes y de actividades cotidianas, las imágenes o videos pueden ser usados de forma ilícita por muchos usuarios y por eso se debe cuidar la seguridad de los menores.

Los datos personales pueden ser usados para casos de acoso, extorsión, estafa o suplantación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Fotos comprometedoras

Por otro lado, compartir fotos íntimas o de contenido sexual puede tener consecuencias muy graves, como la sextorsión y el ciberacoso. La sextorsión implica chantaje con imágenes o videos comprometedores, mientras que el ciberacoso puede llevar a situaciones de acoso constante y amenazas.

Una vez que estas imágenes están en internet, es casi imposible eliminarlas por completo, lo que puede llevar a un impacto duradero en la vida personal y profesional de la víctima.

Documentos con datos personales

Los documentos que contienen datos personales, como el DNI, el carnet de conducir, un contrato de trabajo o el número de una cuenta bancaria, también deben ser protegidos con extremo cuidado. Los ciberdelincuentes pueden utilizar esta información para usurpar la identidad de una persona y realizar actividades fraudulentas en su nombre.

Esto puede incluir desde la apertura de cuentas bancarias hasta la solicitud de préstamos, causando un daño financiero y reputacional a la víctima.

Los datos personales pueden ser usados para casos de acoso, extorsión, estafa o suplantación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Opiniones, quejas y comentarios comprometedores

Este tipo de publicaciones pueden llegar a personas que se sientan ofendidas y que podrían reaccionar de manera negativa. En el peor de los casos, los comentarios malinterpretados o incendiarios pueden llevar a amenazas, acoso o incluso a acciones legales.

La clave es pensar antes de publicar y considerar el impacto potencial de nuestras palabras en otras personas.

Conversaciones privadas

Divulgar chats con otra persona sin su consentimiento no solo es una violación de la privacidad, sino que en algunos casos puede constituir un delito. Las conversaciones privadas pueden contener información sensible que, si se hace pública, puede causar daño emocional, social o profesional a las partes involucradas. Es crucial respetar la confidencialidad de las comunicaciones personales y no difundirlas sin permiso explícito.