Aunque muchos usuarios no lo sepan, las imágenes tomadas con celulares pueden incluir datos de geolocalización, que cuando se envían por plataformas de mensajería como WhatsApp o vía correo electrónico como Gmail, o hasta por redes sociales como Facebook o Instagram, pueden revelar el lugar exacto en el que fueron capturadas.
Este detalle puede ocasionar inquietudes en los usuarios que prefieren mantener su privacidad, y riesgos en su seguridad digital, al poder ser víctimas de ciberataques u otro tipo de crímenes.
Sin embargo, tanto los dispositivos móviles con sistema operativo Android como los de iOS (iPhone), cuentan con opciones para desactivar esta función y evitar que los metadatos se compartan al publicar una foto.
Por qué una foto puede revelar mi ubicación
Los dispositivos móviles almacenan esta información en los llamados datos EXIF (Exchangeable Image File Format). Estos metadatos incluyen detalles como la hora y el lugar donde se tomó la imagen, y son accesibles de manera diferente en cada tipo de sistema operativo.
Aquellos que utilizan Android pueden verificar la geolocalización de una imagen al abrir Google Fotos y deslizar hacia arriba en cualquier imagen seleccionada. Esto despliega la información y ofrece un acceso directo a Google Maps.
Por su parte, en los dispositivos iOS de Apple, los usuarios deben abrir la aplicación Fotos y presionar el ícono de información para ver los detalles relevantes. Esta opción permite a los usuarios asegurarse de que no se comparta inadvertidamente su ubicación al compartir fotos.
Qué riesgos hay de que un extraño sepa mi ubicación
Los riesgos en la seguridad digital asociados con la geolocalización en las imágenes son variados. En primer lugar, compartir la ubicación precisa de donde se tomó una foto puede poner en peligro la seguridad física de los usuarios.
Un caso claro sería el de una persona que comparte fotos de su casa o su lugar de trabajo, revelando así información valiosa para potenciales criminales. Además, esto es especialmente preocupante para los niños, adolescentes y personas vulnerables que podrían ser víctimas de situaciones de acoso o stalking.
Otro riesgo significativo tiene que ver con el robo de identidad y fraude. Los delincuentes cibernéticos pueden utilizar los datos de geolocalización para construir un perfil más completo de una persona, combinándolo con otra información obtenida online para robar su identidad o realizar fraudes.
El simple hecho de compartir una foto con metadatos puede dar a los criminales información suficiente para realizar un seguimiento no deseado o lanzar ataques dirigidos (spear phishing).
Qué otros usos hay que considerar
Asimismo, las empresas y aplicaciones que recopilan datos de los usuarios pueden utilizar la información de geolocalización para fines de marketing o incluso vender estos datos a terceros.
Aunque muchas personas piensan que sus fotos son privadas, es crucial comprender que una vez compartidas en redes sociales, es posible que la información contenida en los metadatos sea explotada comercialmente. Esto puede llevar a una falta de control sobre la información personal y a preocupaciones sobre la privacidad.
Cómo evitar que sepan mi ubicación sin autorización
Para mitigar estos riesgos, es fundamental que los usuarios revisen y, de ser necesario, desactiven la función de geolocalización. En dispositivos Android, los pasos a seguir son los siguientes: abrir la aplicación Cámara > Configuración > Ubicación y desactivarla.
En dispositivos iOS, los usuarios deben ir a Configuración > Privacidad > Servicios de localización > Cámara y seleccionar ‘Nunca’ o ‘Solicitar la próxima vez’.
Al igual que en Android, es posible eliminar los metadatos de ubicación de fotos existentes utilizando diversas aplicaciones disponibles en la App Store.
En última instancia, la responsabilidad de la seguridad digital no recae solo en los usuarios individuales. Las plataformas de redes sociales y mensajería y servicios de almacenamiento en la nube deben desempeñar un papel activo en la protección de la privacidad.