Cómo reducir el consumo energético de una lavadora mientras está apagada

Cuando llega una nueva factura mensual de energía al hogar, y se evidencia un aumento significativo en el valor a pagar, es una situación que junto a generar desconcierto en los integrantes de un hogar, también puede significar que algún dispositivo electrónico está consumiendo más luz de la normal.

Aunque no se piense, electrodomésticos como la lavadora siguen consumiendo energía, así estén apagados pero todavía no están desenchufados. Este fenómeno es llamado en varios estudios como “standby” o “consumo vampiro”, que afecta a varios aparatos del hogar.

A continuación, se detalla cómo identificar que una lavadora está consumiendo mucha energía eléctrica, y qué medidas implementar para reducir su gasto energético.

El consumo en “standby”, conocido también como consumo vampiro, se refiere a la energía que utilizan los electrodomésticos cuando están apagados pero siguen enchufados.

En el caso de las lavadoras, este consumo generalmente se produce por los sistemas de control electrónico, pantallas digitales y otros componentes que permanecen activos para mantener las configuraciones del dispositivo.

Así que la forma más sencilla y efectiva de identificar y eliminar el consumo en standby es desenchufar la lavadora cuando no está en uso. Esto se puede hacer manualmente después de cada uso o utilizando un enchufe con interruptor que permita cortar el suministro eléctrico sin necesidad de manipular el cable.

Al desconectar la lavadora, se asegura que no haya flujo de energía hacia el electrodoméstico, eliminando por completo el consumo en standby y por consiguiente la subida en la tarifa.

En primer lugar, las regletas inteligentes son dispositivos que permiten controlar la energía suministrada a varios aparatos eléctricos a la vez.

Algunas de estas regletas están equipadas con temporizadores o controles remotos, lo que facilita programarlas para que se apaguen en ciertos momentos del día, minimizando así el consumo innecesario de energía. Utilizar una regleta de este tipo para conectar la lavadora puede ser una solución práctica y efectiva.

Asimismo, algunas lavadoras modernas están diseñadas para ser más eficientes en términos de consumo energético. Sin embargo, es importante verificar y asegurarse de que los componentes electrónicos de la lavadora no están configurados para consumir energía innecesariamente.

Consultar el manual del usuario o contactar al fabricante puede proporcionar información valiosa sobre cómo optimizar la configuración del aparato.

Si la lavadora que se tiene es antigua, podría ser una buena inversión considerar la compra de un modelo más reciente, diseñado para ser más eficiente en términos de consumo energético.

Las lavadoras con certificación energética suelen consumir menos energía tanto durante su funcionamiento como en modo standby. Además, la tecnología ha avanzado, permitiendo a los nuevos modelos usar menos agua y detergente, lo que también repercute en el ahorro de recursos.

Por su parte, algo a tener en cuenta es que las lavadoras vienen equipadas con diversas funciones adicionales que, aunque pueden ser útiles, también pueden contribuir al consumo de energía en standby.

Entre estas funciones se encuentran las pantallas LED, los temporizadores y la conectividad WiFi. Desactivar estas características cuando no sean necesarias puede reducir significativamente el consumo de energía de la lavadora mientras está apagada.

El correcto mantenimiento de la lavadora también juega un papel crucial en su eficiencia energética. Limpiar regularmente los filtros y asegurar que el tambor y otros componentes mecánicos funcionen sin obstrucciones puede prevenir que la lavadora consuma más energía de la necesaria.

Además, un mantenimiento adecuado puede prolongar la vida útil del electrodoméstico, reduciendo la necesidad de reemplazos frecuentes y, por ende, contribuyendo a un menor impacto ambiental.

Del mismo modo, la educación y concientización del usuario son esenciales para reducir el consumo de energía en standby. Informarse sobre cómo y cuándo usar la lavadora de manera eficiente, así como adoptar hábitos de consumo responsable, puede marcar una diferencia significativa.

Por ejemplo, realizar cargas completas en lugar de múltiples cargas pequeñas y optar por ciclos de lavado en frío cuando sea posible contribuyen a un menor consumo energético global.