En los últimos años, el uso de inteligencias artificiales (IA) para la realización de trabajos académicos, laborales o personales ha experimentado un notable aumento. Esta tendencia responde a la búsqueda de soluciones rápidas y eficientes en un momento donde se exigen resultados.
Sin embargo, este crecimiento también ha traído consigo una serie de desafíos y consideraciones, principalmente en torno a la autenticidad y calidad de los textos generados por dichas herramientas.
Especialistas en redacción de diferentes sectores han puesto de manifiesto que los textos creados por chatbots, y otras herramientas basadas en IA suelen presentar peculiaridades que los delatan.
Cómo identificar que un texto fue escrito con IA
Una de las características más destacadas es la tendencia a sonar “robóticos”, en parte por el uso insistente de ciertas palabras y frases. Estas repeticiones no solo afectan la fluidez del texto, sino que también facilitan su detección como producto de una máquina.
Entre las expresiones más recurrentes se encuentran términos como “transformar” y “fomentar”, así como estructuras repetitivas como “es como...”, “no solo... sino también...”, entre otras frases similares.
Estos patrones reflejan cierto nivel de rigidez y falta de creatividad, aspectos que usualmente son más flexibles en textos escritos por humanos. Los especialistas subrayan que, aunque las IA manejan algoritmos sofisticados, estas todavía carecen del toque personal y subjetivo que caracteriza a la escritura humana.
Por qué la IA no ha logrado imitar un texto escrito por un humano
Por otro lado, aunque las herramientas de IA han logrado significativos avances tecnológicos, aún están en una fase inicial en términos de crear una “mente” verdaderamente autónoma.
A pesar de operar con algoritmos complejos y programaciones avanzadas, estas inteligencias no han alcanzado la plena capacidad de redacción independiente.
En otras palabras, si bien pueden producir textos coherentes y bien estructurados, no poseen la habilidad de generar ideas y pensamientos originales de forma completamente autónoma.
Cómo sacarle provecho al uso de la IA en la redacción de textos
El uso de inteligencia artificial para la creación de textos presenta múltiples beneficios. Permite ahorrar tiempo y esfuerzo en la investigación y redacción, especialmente valorados en el ámbito educativo y en proyectos personales o laborales.
No obstante, los expertos insisten en la importancia de revisar y corregir estos textos para infundirles un toque más humano. Esta revisión es crucial no solo para mejorar la coherencia y fluidez, sino además para asegurar que los textos resulten sinceros y auténticos para los lectores.
Más allá de las limitaciones actuales, las IA representan un notable avance tecnológico con un potencial significativo en diversos ámbitos. Por ejemplo, si un estudiante necesita entregar un informe en poco tiempo: el uso de una IA puede ayudar a generar un borrador inicial que luego puede ser personalizado y revisado.
Asimismo, en el mundo laboral, donde las demandas son constantes y el tiempo vale dinero, las IA pueden ayudar a agilizar procesos de redacción de informes, correos electrónicos y otros documentos.
Por qué hay que revisar los textos escritos por IA
Sin embargo, el factor humano en la revisión final de estos textos es indiscutible. Es crucial para enriquecer el contenido, dotarlo de un contexto adecuado y ajustar detalles que una máquina no puede captar.
Los redactores deben tener cuidado de no depender completamente de la IA, sino usarla como una herramienta complementaria que potencie sus capacidades.
Es probable que, con el tiempo, las IA continúen mejorando y quizás lleguen a imitar con mayor precisión la escritura humana. No obstante, siempre existirá la necesidad de un toque humano, ya sea para añadir emociones, experiencias personales o para garantizar la ética y veracidad en la información presentada.