Cómo conducir un vehículo automático en una montaña

En muchas partes del mundo es temporada de vacaciones, en donde varias familias salen en auto a recorrer nuevos rumbos que destacan por sus montañas y su paisaje natural.

En el caso particular que se realice en un vehículo automático, su conducción en una montaña requiere de habilidades y precauciones específicas para garantizar la seguridad de todos los ocupantes y una conducción más eficiente.

Las carreteras montañosas presentan posibles desafíos como pendientes pronunciadas, curvas cerradas y condiciones climáticas variables que pueden poner a prueba incluso a los conductores más experimentados.

Por ello, es fundamental comprender cómo sacar el máximo provecho de la transmisión automática y aplicar técnicas de conducción adecuada para navegar en estos terrenos con confianza y seguridad. A continuación, se detallan los aspectos más importantes a tener en cuenta para llevar a cabo esta tarea de forma correcta.

Antes de iniciar el viaje, es fundamental realizar una revisión exhaustiva del vehículo. Verifique el estado de los frenos, neumáticos y niveles de fluidos como el aceite y el líquido de frenos.

También, hay que asegurarse de que el tanque de combustible esté lleno y que el sistema de enfriamiento funcione correctamente para evitar recalentamientos.

Aunque, los vehículos automáticos facilitan la conducción en áreas montañosas al eliminar la necesidad de cambio de marchas manual, es crucial familiarizarse con las posiciones del cambio automático: “P” (aparcar), “R” (reversa), “N” (neutral), “D” (conducir) y las marchas bajas, que se indican comúnmente como “L”.

En descensos pronunciados, utilice las marchas bajas (L) para reducir la velocidad sin depender exclusivamente de los frenos. Esto evitará el sobrecalentamiento y el desgaste prematuro de estos. Mantenga una velocidad moderada y constante para tener un mejor control del vehículo.

Por otra parte, en las subidas empinadas, la clave es mantener una velocidad constante y usar las marchas bajas cuando sea necesario.

Acelere suavemente para evitar la pérdida de tracción y, en casos de tráfico lento o paradas, mantenga una distancia segura con el vehículo de adelante para permitir una salida sin contratiempos.

El uso excesivo de los frenos en terrenos montañosos puede generar un sobrecalentamiento, reduciendo su efectividad. Por ello, es esencial alternar entre el uso de los frenos y el freno motor mediante las marchas bajas.

En descensos prolongados, haga pausas frecuentes para dejar que los frenos se enfríen y evite circular en punto muerto, ya que esto elimina la capacidad de frenar el motor y compromete el control del vehículo.

También, mantener una velocidad moderada es vital para maniobrar adecuadamente en curvas cerradas y descensos. Adapte su velocidad a las condiciones del camino y las señales de tránsito.

Además, conserve una distancia de seguridad adecuada con el vehículo adelante para tener el tiempo suficiente de reacción ante cualquier imprevisto.

En las curvas pronunciadas, hay que reducir la velocidad antes de entrar y mantener una velocidad uniforme durante la maniobra. Se debe evitar frenar bruscamente dentro de la curva para no perder el control del vehículo. Si está detrás de otros conductores, anticípese a sus movimientos y adapte su velocidad en consecuencia.

Del mismo modo, las condiciones climáticas adversas pueden complicar la conducción en montaña. En caso de lluvia, niebla o nieve, reduzca aún más la velocidad y aumente la distancia de seguridad.

Usa luces bajas en caso de niebla y asegúrese de que los neumáticos sean adecuados para el clima, especialmente en invierno, donde pueden ser necesarias cadenas o neumáticos de invierno.

Si es inevitable conducir de noche en áreas montañosas, el doble de precaución es necesario. Use las luces altas cuando sea seguro hacerlo, pero cambie a luces bajas al acercarse a otros vehículos para no deslumbrar a otros conductores.

Algo que agregar, es resaltar la importancia de reducir la velocidad ante la visibilidad limitada, y se debe estar alerta a posibles animales en la carretera.

Junto a esto, siempre hay que estar preparado para emergencias llevando equipo de primeros auxilios, herramientas básicas, una linterna y agua. Además, un buen conductor debe conocer las técnicas de primeros auxilios y tener un teléfono móvil cargado para contactar servicios de emergencia en caso de necesidad.