Si creciste en los 90 y los 2000, es posible que todavía tengas en casa una de las consolas de tu infancia y de vez en cuando quieras recordar aquellos tiempos, por lo que la conectas al televisor y te das cuenta de que la calidad de la imagen del videojuego no es la mejor. Un problema que tiene varios motivos de fondo, peor también un gran número de soluciones.
Esta no es una situación que sea culpa de la consola o de la pantalla, sino que se da porque son dos tecnologías diseñadas para épocas diferentes y por eso el resultado no es el mejor en muchos casos.
Por qué las consolas retro no se ven bien en los TV modernos
Las consolas retro, como la SEGA Genesis o la Dreamcast, fueron concebidas en una época donde los monitores de tubo de rayos catódicos (CRT) dominaban el mercado. Estos dispositivos utilizaban resoluciones extremadamente bajas en comparación con los estándares actuales.
Por ejemplo, la SEGA Genesis podía alcanzar los 240p, mientras que la Dreamcast podía llegar a los 480p a través de conexiones como S-Video o cables compuestos.
En contraste, los televisores modernos de hoy en día, ya sean LCD, LED o OLED, están diseñados para manejar resoluciones mucho más altas, como el Ultra HD (4K). Esto supone un desafío considerable para las consolas retro, ya que la imagen de baja resolución que producen puede aparecer distorsionada o borrosa cuando se escala automáticamente a una resolución más alta por los televisores modernos.
Este es uno de los principales problemas: el escalado automático. Este proceso, conocido como upscaling, tiende a suavizar o distorsionar el arte pixelado originalmente nítido y detallado de los juegos retro. Lo que antes era una imagen clara y definida en un CRT puede transformarse en algo irreconocible en una pantalla moderna.
Además, las TV modernas carecen de las entradas analógicas necesarias para conectar consolas antiguas directamente, optando por conexiones digitales exclusivamente. Esto obliga a los usuarios a buscar alternativas para conectar sus dispositivos de juego retro.
La solución a la mala calidad de la imagen
Ante estos desafíos, la solución más efectiva y recomendada por los expertos en juegos retro es el uso de videoescaladores. Estos dispositivos externos están diseñados específicamente para tomar las señales de baja resolución de las consolas retro y convertirlas en un formato compatible y visualmente agradable para los televisores modernos.
Los videoescaladores trabajan ajustando la señal original para mejorar la nitidez y la fidelidad del arte pixelado, mientras minimizan la distorsión y otros efectos no deseados. Esto se logra a través de técnicas como el escaneo entrelazado, que elimina las líneas no deseadas y mejora la calidad general de la imagen.
Existen varias opciones de videoescaladores en el mercado, con diferentes características y precios. Por ejemplo, el RetroTINK-4K puede escalar hasta resoluciones de 4K, proporcionando una salida de alta calidad que preserva el aspecto original de los juegos retro, aunque es una opción más costosa.
Para aquellos con presupuestos más ajustados, el RetroTINK-2X Pro y el Open Source Scan Converter (OSSC) ofrecen opciones más accesibles, aunque sacrificando algunas características avanzadas como la emulación de CRT y la salida en resoluciones ultra altas.
Aunque los videoescaladores son una solución efectiva, algunos usuarios prefieren utilizar televisores antiguos para preservar la autenticidad de la experiencia de juego retro. Sin embargo, encontrar y mantener un televisor funcional puede ser complicado y costoso debido a su obsolescencia y peso.
Otra de las soluciones es buscar relanzamientos de consolas de algunas marcas, como lo ha hecho PlayStation, Nintendo, Sega y Atari. Estos dispositivos cuentan con salida HDMI y eso permite adaptar la resolución de la imagen a los televisores actuales para disfrutar de los juegos antiguos.