La inteligencia artificial (IA) y escenarios muy populares como la música o el arte no siempre están ligados en trabajos de cooperación, sino se podría decir que estarían en disputa.
Un caso que afianza esta ideas es que recientemente la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA), que agrupa a importantes sellos como Universal Music Group Recordings, Sony Music Entertainment y Warner Records, ha lanzado una ofensiva legal contra dos emergentes plataformas de inteligencia artificial: Suno AI y Udio AI.
Estas plataformas están acusadas de utilizar grabaciones de música protegidas por derechos de autor sin autorización, para entrenar sus sofisticados modelos de IA.
Cuál es el problema que hay entre la industria musical y la IA
Las acusaciones mencionadas reflejan un creciente conflicto entre la industria de la música y la tecnología de inteligencia artificial, que cada vez más se adentra en la creación y manipulación de contenidos artísticos.
Suno AI y Udio AI, actualmente en fase beta, se especializan en la generación de música y la conversión de texto a música, proporcionando innovadoras herramientas tanto a aficionados como a profesionales del sector.
Los servicios ofrecidos por estas empresas incluyen versiones gratuitas con ciertas limitaciones, además de planes de pago que permiten acceder a funcionalidades más avanzadas.
Según la RIAA, las prácticas de estas plataformas han violado normas fundamentales de derechos de autor, utilizando música protegida sin que se haya dado el permiso oportuno de uso.
Cómo es la batalla legal de la música contra la IA
La demanda contra Suno AI se presentó ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos de Massachusetts, mientras que la acción legal contra Udio AI se llevó al Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
La RIAA ha señalado que las acciones de estos modelos de IA representan una violación significativa de los derechos de numerosos artistas de diferentes géneros y épocas, lo cual ha causado alarma en la comunidad musical.
Los detalles de las demandas fueron reportados por varios medios de comunicación, subrayando la preocupación de la RIAA por el creciente uso de grabaciones musicales sin licencias en el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
Por qué la IA no gusta en el ámbito de la música
Las compañías discográficas detrás de la demanda aseguran que las IA de Suno y Udio copiaron grandes volúmenes de grabaciones protegidas por derechos de autor.
Estas grabaciones fueron “limpiadas” y procesadas repetidamente para desarrollar los modelos de IA, un proceso que, según las discográficas, sería imposible sin la utilización inicial de estas copias protegidas.
Como ejemplos de infracción, señalaron que Suno generó un audio muy similar a “Johnny B. Goode” de Chuck Berry y Udio creó una pieza que recuerda notablemente a “My Girl” de The Temptations.
Cuál es la respuesta de la IA ante estas acusaciones
A pesar de las afirmaciones de Udio, que sostiene que sus modelos se entrenan con material de alta calidad disponible públicamente en internet, los demandantes mantienen que la disponibilidad pública no implica que el material esté en dominio público.
Este matiz es crucial en el contexto de los derechos de autor, debido a que la mera accesibilidad no reduce la protección legal de las obras de cada creador.
Asimismo, el conflicto exhibe las tensiones emergentes entre la protección de derechos de autor y la innovación tecnológica en el sector de la música.
La inteligencia artificial, con su capacidad para imitar y crear arte sonoro con notable precisión, ha desatado debates sobre qué constituye una infracción y cómo deben adaptarse las leyes para reflejar los rápidos avances tecnológicos.
Qué busca la demanda a estas plataformas de IA
La acción legal interpuesta por la RIAA tiene como objetivo principal lograr el reconocimiento de la infracción por parte de Suno AI y Udio AI. Además, busca la implementación de medidas que prevengan futuras violaciones y la compensación de los daños causados por estas acciones.
No está claro qué impacto tendrán estas demandas en la operación futura de las plataformas, pero el veredicto podría sentar un precedente importante en la intersección de la tecnología y los derechos de autor.