El auge de los dispositivos inteligentes en el hogar hace creer a muchas personas que estas son opciones mucho más completas que las tradicionales y al momento de renovar un electrodoméstico se vayan por alternativas más caras, pensando que ofrecen más funciones. Sin embargo, no siempre esto es así y la novedad de una nevera inteligente, por ejemplo, puede verse superado por una alternativa más tradicional: un refrigerador normal más una tablet.
Esta es una alternativa más práctica y económica que supera las limitaciones de las neveras inteligentes. En este artículo, analizaremos las ventajas de esta combinación, detallando las diferencias en funciones, costos y opciones de uso que las hacen una propuesta más atractiva para la mayoría de los hogares.
Funciones: versatilidad vs. limitaciones
Las neveras inteligentes, a pesar de su nombre, carecen de la versatilidad que ofrece una tablet. Si bien algunas cuentan con pantallas táctiles para acceder a recetas, reproducir música o controlar dispositivos inteligentes del hogar, estas funciones son limitadas y, en muchos casos, pueden resultar poco prácticas.
Por otro lado, una tablet ofrece un universo de posibilidades que van más allá de la gestión de alimentos. Por ejemplo, se puede utilizar para:
- Seguir recetas: existen miles de aplicaciones de recetas disponibles que permiten buscar, guardar y seguir instrucciones paso a paso.
- Administrar listas de compras: crear listas de compras digitales y sincronizarlas con el teléfono móvil, evitando olvidos en el supermercado.
- Controlar la música: reproducir música en streaming, escuchar podcast o crear listas de reproducción personalizadas.
- Entretenimiento: ver películas, series, videos en YouTube o reproducir videojuegos.
- Comunicación: utilizar para realizar videollamadas con familiares o amigos, consultar correos electrónicos o navegar por internet.
- Educación: utilizar aplicaciones educativas para aprender idiomas, matemáticas o nuevas habilidades.
En resumen, una tablet ofrece una gama mucho más amplia de funciones que una nevera inteligente, convirtiéndola en un dispositivo más versátil y útil para el día a día. Que no solamente se quedará en la cocina, sino para el manejo en toda la casa o fuera de ella.
Costos: un factor clave en la decisión de compra
Las neveras inteligentes suelen tener un precio considerablemente superior al de las neveras tradicionales. La diferencia de costo puede ser de cientos o incluso miles de dólares, dependiendo de la marca, el modelo y las características.
En cambio, una tablet de gama media o baja puede ser adquirida por un precio relativamente accesible, permitiendo acceder a una gran cantidad de funciones por una fracción del costo de una nevera inteligente.
La desventaja que tendrá una tablet es que representa un dispositivo más que hay que cargar, actualizar y cuidar. La nevera inteligente ya incluye una pantalla que funciona de manera integrada con el resto del electrodoméstico. Una opción que quizás muchos usuarios prefieran.
Opciones de uso: flexibilidad vs. rigidez
Las neveras inteligentes están diseñadas para un uso específico: almacenar alimentos y ofrecer algunas funciones limitadas de conectividad. Su ubicación fija en la cocina restringe su uso a este espacio.
Por otro lado, una tablet es un dispositivo portátil que se puede utilizar en cualquier lugar de la casa, incluso fuera de ella. Se puede llevar a la sala de estar para ver una película, al dormitorio para leer un libro o al jardín para disfrutar del sol mientras se escucha música.
Esta flexibilidad la convierte en un dispositivo multiusos que se adapta a las necesidades de cada usuario y que puede compensar el gasto con más opciones de uso, a diferente las concretas funciones inteligentes de una nevera.
Todo esto, combinado con un refrigerador tradicional de buen funcionamiento, nos permitirá hacer una buena gestión de los alimentos sin gestar tanto dinero en un dispositivo que puede incluir funciones muy llamativas, pero que podrían no ser lo suficientemente aprovechadas como para compensar su gasto.