Un dato que pocos conocen es que en Finlandia, el cálculo de las multas de tráfico se realiza de una manera que poco tiene que ver con los estándares globales. Lejos de establecer cifras fijas, este país nórdico ha optado por un sistema que ajusta el monto de las sanciones según los ingresos del infractor.
Esta política ha resonado por dejar casos extraordinarios como el de Anssi Vanjoki, un alto ejecutivo de Nokia a principios del nuevo milenio, que ha pasado a la historia como tal vez, la persona que tuvo que pagar la multa más costosa por exceder el límite de velocidad.
Te contamos de cuánto fue el monto que tuvo que pagar el entonces ejecutivo de Nokia, y qué otros personajes han caído en infracciones de alto valor.
Cuál es la historia de la multa más costosa de la historia
En 2002, Vanjoki, quién entonces era ejecutivo de Nokia, fue sancionado con 116 mil euros por exceder en 25 kilómetros por hora el límite de velocidad en una vía urbana de Helsinki, el cuál era de 50 kilómetros por hora.
En esos tiempos, Nokia estaba en la cúspide de su éxito, liderando el mercado mundial de dispositivos móviles. La empresa no solo era un coloso económico para Finlandia, sino también un emblema de innovación tecnológica a nivel global.
Lo que pasó con sus ejecutivos Vanjoki y Pekka Ala-Pietila, quién también tuvo que pagar una multa de 35 mil dólares por una infracción similar, reflejaban el auge económico de la compañía, lo que inevitablemente repercutía en las grandes multas impuestas por el sistema finlandés.
Este hecho puso como relieve no solo la filosofía de justicia social que subyace a la legislación finlandesa en materia de tráfico sino también el momento álgido que vivía Nokia, el gigante de la telefonía móvil.
Por qué Finlandia cobra sus multas de tráfico de esta forma
Este método de cálculo, implementado desde 1921, apunta a una equidad en el castigo de las infracciones, adaptando el monto de las multas a la renta de los individuos. A través de los años, ha generado un debate sobre la justicia y la proporcionalidad de las sanciones, especialmente tras casos de alta repercusión como el de Reima Kuisla en 2015.
Kuisla, con ingresos superiores a los 6 millones de euros, fue sancionado con más de 50.000 euros por exceder el límite de velocidad, lo que desató su indignación y un amplio debate en la opinión pública.
Su reacción, ampliamente difundida en redes sociales, puso en tela de juicio la habitabilidad de Finlandia para las personas de altos ingresos y patrimonio.
Qué tan bien recibido es esta médida
El apoyo generalizado de la población a este sistema refleja un profundo principio de solidaridad y justicia social, característico de los valores nórdicos. A pesar de la controversia que estas medidas generan entre ciertos sectores más acomodados, son vistas como un intento de lograr una mayor equidad social.
Mientras tanto, el contraste con otras naciones es palpable. Aunque se han considerado sistemas similares en diversos países, la implementación práctica enfrenta numerosos obstáculos, dejando a Finlandia como un ejemplo singular de cómo adaptar las políticas públicas a principios de equidad y justicia social.
La experiencia finlandesa sigue generando admiración y escepticismo a partes iguales, y resalta valores que, más allá de su ideología, invitan a la reflexión sobre cómo los sistemas legales pueden contribuir a una mayor justicia social.
En este contexto, el caso de Nokia y sus ejecutivos no solo pone en evidencia la singularidad del sistema finlandés, sino que también sirve de trasfondo para comprender el impacto social y económico de las grandes corporaciones en las políticas públicas y sociales de un país.