Lavar la ropa con agua fría es una práctica muy común en muchos hogares debido a que implica un menor consumo energético de la lavadora. Sin embargo, la efectividad de este método puede ser menor al momento de eliminar distintas manchas y suciedad, si se compara con el lavado con agua caliente. Lo cierto es que esta elección depende de varios factores que deben ser considerados.
En primer lugar, es esencial entender cómo el agua fría actúa sobre la ropa durante el lavado. Por ejemplo, manchas de proteínas como la sangre y el sudor, las cuales tienden a coagularse con el calor, lo que podría hacer más difícil su eliminación. En estos casos, el agua fría es más eficaz para descomponer estas manchas sin fijarlas en la tela.
Por otro lado, el agua caliente es tradicionalmente reconocida por su habilidad para limpiar en profundidad, desinfectar y eliminar manchas difíciles, especialmente aquellas de origen graso. Esto se debe a que el calor ayuda a abrir las fibras de los tejidos, permitiendo que el detergente penetre mejor y actúe más eficazmente contra la suciedad.
Que beneficios tiene lavar con agua fría
Lavar con agua fría ahorra energía y, por ende, reduce la factura eléctrica, dado que el calentamiento del agua representa una parte significativa del consumo energético del lavado de ropa. Según algunas estimaciones, si una familia promedio lava cuatro de cada cinco cargas con agua fría, puede reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero relacionadas con el lavado de ropa en un 70%.
Además, el lavado con agua fría puede ser más gentil con algunas telas, prolongando la vida útil de la ropa. De hecho, las altas temperaturas pueden deteriorar ciertos tejidos y causar que los colores se desvanezcan más rápidamente. Por ello, para prendas delicadas y de colores vivos, el agua fría no solo es una opción viable, sino la más recomendable.
También es importante destacar que los detergentes modernos están diseñados para actuar eficazmente en agua fría, debido a que contienen enzimas que trabajan descomponiendo las manchas sin necesidad de calor. Esto significa que, para ciertas manchas y para el lavado diario, el agua fría puede ser tan efectiva como el agua caliente, dependiendo del tipo de detergente utilizado y de las instrucciones específicas de lavado de cada prenda.
Cuándo se debe lavar con agua caliente
Hay situaciones en las cuales el agua caliente sigue siendo preferible. Por ejemplo, para desinfectar completamente ropa de cama durante una enfermedad, así como para eliminar ácaros del polvo o cuando las instrucciones de lavado de determinadas prendas así lo indican
Sin embargo, es clave considerar que el costo de calentar puede generar mayores costos. Según la Comisión de Energía de California, aproximadamente el 90% de la energía utilizada por una lavadora va destinada a calentar el agua, mientras que solo el 10% se utiliza para el funcionamiento del propio aparato.
Cuáles son los errores más comunes al utilizar la lavadora
Entre las cosas que no se deben hacer al utilizar este electrodoméstico se incluyen:
- Mezclar colores y blancos: Lavar juntos prendas de colores con blancas puede provocar la transferencia de color, manchando las prendas blancas o de colores claros.
- Sobrecargar la lavadora: Introducir demasiada ropa en la lavadora puede impedir que se limpie adecuadamente y provocar un desgaste excesivo tanto de la ropa como del electrodoméstico.
- Usar demasiado detergente: El exceso de detergente puede dejar residuos en las prendas y en la lavadora, lo que podría dar lugar a malos olores y problemas en la máquina a largo plazo.
- No revisar los bolsillos: Dejar objetos en los bolsillos puede dañar la ropa y la lavadora. Objetos como monedas, llaves o pañuelos de papel pueden causar problemas.
- No pretratar manchas: Aplicar un tratamiento previo a las manchas difíciles aumenta las posibilidades de eliminarlas completamente durante el lavado.
- Dejar la ropa húmeda en la lavadora: Esto puede causar mal olor y promover el crecimiento de moho y bacterias en las prendas y el electrodoméstico.
- Usar el ciclo incorrecto: Elegir un ciclo demasiado fuerte para prendas delicadas o uno insuficiente para ropa muy sucia puede resultar en daños o limpieza ineficaz.