Qué hacer si mi hijo es adicto a las redes sociales

Ansiedad, depresión, trastornos del sueño y un aislamiento social real son algunos de los signos de alarma

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Establecer zonas libres de tecnología y dedicar tiempos exclusivos para la familia pueden ser estrategias clave. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Establecer zonas libres de tecnología y dedicar tiempos exclusivos para la familia pueden ser estrategias clave. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La adicción a las redes sociales en menores se refiere a un uso excesivo y compulsivo de estas plataformas, llegando a afectar negativamente la vida diaria y el rendimiento académico de los niños y adolescentes. Es por ello que para identificar y tratar este problema la rápida intervención de los padres y tutores es clave.

Recordemos que esta adicción se caracteriza por una necesidad constante de revisar y participar en las redes sociales, lo que puede generar problemas de concentración, ansiedad, depresión, trastornos del sueño y un aislamiento social real.

Además, esta sobreexposición puede alterar la percepción de la realidad de los menores, afectar su autoestima por las comparaciones sociales y exponerlos a ciberacoso, entre otros riesgos digitales.

Mientras que medidas como establecer zonas libres de tecnología y dedicar tiempos exclusivos para la familia sin dispositivos, pueden ser de mucha ayuda. Además, se subraya la importancia de dar ejemplo y retrasar la edad del primer contacto de los niños con las redes sociales y dispositivos.

Cómo intervenir de manera constructiva ante una adicción a redes sociales

Para fomentar un ambiente familiar saludable, es clave controlar el uso de la tecnología dentro del hogar.  (Imagen Ilustrativa Infobae)
Para fomentar un ambiente familiar saludable, es clave controlar el uso de la tecnología dentro del hogar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La adicción a estas plataformas puede llegar a ser un grave problema, pero afortunadamente existen algunas estrategias que pueden ser útiles para abordar esta problemática:

  • Identificar los signos de adicción: El primer paso para abordar el problema es reconocer los signos de adicción a las redes sociales. Estos pueden incluir un uso excesivo del teléfono o computadora, irritabilidad cuando no se permite el uso de dispositivos, descuido de actividades sociales, académicas o familiares, y un declive en el rendimiento escolar o profesional. Si un hijo muestra alguno de estos comportamientos, podría ser indicativo de una dependencia problemática.
  • Establecer límites claros: Una vez identificado el problema, es crucial establecer límites claros y razonables respecto al uso de redes sociales. Esto puede incluir asignar horas específicas del día para su uso, prohibir dispositivos durante las comidas o antes de acostarse, y fomentar actividades que no involucren la tecnología. Es importante que estos límites se establezcan de manera colaborativa, incluyendo al menor en la conversación, para que entienda las razones detrás de estas decisiones y se sienta parte del proceso.
  • Promover actividades alternativas: Para reducir la dependencia de las redes sociales, es beneficioso alentar la participación en actividades que promuevan el desarrollo de habilidades sociales, físicas e intelectuales. Esto puede incluir deportes, música, arte, lectura, o cualquier actividad que estimule el interés del menor. La clave es ofrecer alternativas atractivas que puedan competir con el atractivo de las redes sociales.
Además de limitar el uso de redes, es crucial incentivar a los menores a participar en actividades que refuercen su autoestima y desarrollo personal. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Además de limitar el uso de redes, es crucial incentivar a los menores a participar en actividades que refuercen su autoestima y desarrollo personal. (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Fomentar el diálogo abierto: Mantener abiertas las líneas de comunicación con un hijo es esencial. Se recomienda hablar con él sobre los riesgos y beneficios asociados al uso de redes sociales, escuchar sus opiniones y preocupaciones, y asegurarse de que se sienta apoyado. Un diálogo abierto y respetuoso puede fomentar la confianza y ayudar a un hijo a sentirse más cómodo al compartir sus experiencias y desafíos.
  • Buscar apoyo profesional: En algunos casos, la adicción a las redes sociales puede requerir la intervención de profesionales. Si se nota que el menor muestra signos de ansiedad, depresión, o si la situación no mejora con las estrategias mencionadas, podría ser necesario buscar la ayuda de un psicólogo o consejero especializado en adicciones tecnológicas. Estos profesionales pueden ofrecer terapias y estrategias adaptadas a las necesidades específicas de tu hijo.
  • Ser un buen modelo a seguir: Finalmente, es importante recordar que los padres y tutores son modelos a seguir para sus hijos. Es clave reflexionar sobre el uso propio de las redes sociales y tecnología, para hacerlo de una manera equilibrada y demostrando un comportamiento saludable.

Qué otro gran riesgo implica la sobreexposición a las pantallas

La sobreexposición a las redes sociales puede alterar la percepción de la realidad de los menores, afectar su autoestima por las comparaciones sociales y exponerlos a ciberacoso, entre otros riesgos digitales. (Imagen Ilustrativa Infobae)
La sobreexposición a las redes sociales puede alterar la percepción de la realidad de los menores, afectar su autoestima por las comparaciones sociales y exponerlos a ciberacoso, entre otros riesgos digitales. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La sobreexposición a las pantallas no solo distrae la atención de los vínculos familiares, sino que también puede propiciar una búsqueda de consejos y apoyo en internet, donde los contenidos no siempre reflejan los valores familiares ni son adecuados para todas las edades.

Expertos como la Dra. Steiner-Adair, investigadora asociada de Harvard Medical School, advierten sobre los peligros de la desconexión emocional cuando los padres prefieren interactuar con sus dispositivos en lugar de compartir con sus hijos. Mientras que se enfatiza en la importancia de construir una relación basada en la confianza, aconsejando a los padres ser amigos de sus hijos en redes como Facebook para monitorear su actividad sin traspasar límites que puedan dañar el vínculo de confianza.

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