La trayectoria de Mustafa Suleyman en el campo de la inteligencia artificial abarca casi 15 años. En 2010, cuando comenzó a trabajar en IA, el mero hecho de mencionar la frase “inteligencia artificial general” (AGI, por sus siglas en inglés) generaba miradas extrañas y recelo.
La gente pensaba que la IA era algo sacado de la ciencia ficción, a 50 o 100 años de distancia, si es que alguna vez llegaba a ser posible. Sin embargo, en poco tiempo, la IA comenzó a superar a los humanos en una amplia gama de tareas que antes se consideraban inalcanzables, desde el reconocimiento de imágenes y la traducción de idiomas hasta el diagnóstico de enfermedades.
A medida que la IA demostraba su enorme potencial, surgían preguntas complejas:
¿Resolverá la IA la crisis climática? ¿Significará que todos recibiremos una renta básica universal y ya no tendremos que trabajar? ¿Debemos tener miedo? ¿Qué implicaciones tiene para las armas y la guerra?
Estas inquietudes reflejan la magnitud del impacto que se espera que tenga la IA en nuestras vidas.
Una nueva especie digital
En su charla en TED Talks , Suleyman, CEO de IA de Microsoft, sostiene que nos encontramos en un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Estamos avanzando hacia el surgimiento de algo que todos luchamos por describir y que no podemos controlar si no lo entendemos.
Por eso, propone entender la IA como una nueva especie digital. Aunque se trata de una metáfora y no debe tomarse literalmente, Suleyman predice que llegaremos a ver a las IA como compañeras digitales, nuevas socias en el viaje de nuestras vidas.
Esta idea puede parecer descabellada, pero Suleyman argumenta que es la forma más precisa y fundamentalmente honesta de describir lo que se avecina. Desde los primeros organismos microscópicos, la vida en la Tierra se remonta a miles de millones de años.
Con el tiempo, una rama de la vida comenzó a utilizar herramientas, y esa rama se convirtió en nosotros. Pasamos de las hachas de piedra y el fuego al lenguaje, la escritura y, finalmente, las tecnologías industriales.
Hace unos 80 años, otra nueva rama de la tecnología comenzó con la invención de las computadoras. Rápidamente pasamos de las primeras computadoras centrales y los transistores a los teléfonos inteligentes y los cascos de realidad virtual de hoy en día.
Ahora, una nueva ola está sobre nosotros: la inteligencia artificial. Estas olas de la historia se están acelerando claramente, ya que cada una se amplifica y acelera con la anterior.
Si miramos hacia atrás, está claro que estamos en la ola más rápida y trascendental de todas. Los viajes de la humanidad y la tecnología están ahora profundamente entrelazados.
El potencial transformador de la IA
El experto en inteligencia artificial destaca que, en solo 18 meses, más de mil millones de personas han utilizado modelos de lenguaje extenso. Hemos sido testigos de un hito tras otro.
Hace apenas unos años, la gente decía que la IA nunca sería creativa, y sin embargo, ahora parece un río interminable de creatividad, haciendo poesía, imágenes, música y vídeo que desafían la imaginación.
También se decía que nunca sería empática, pero hoy en día, millones de personas disfrutan de conversaciones significativas con IA, hablando de sus esperanzas y sueños y ayudándoles a superar difíciles desafíos emocionales.
En un futuro próximo, según Suleyman, las IA serán infinitamente conocedoras, fácticamente precisas y fiables. Tendrán un coeficiente intelectual casi perfecto y un excepcional coeficiente emocional.
Serán amables, comprensivas y empáticas. Imagina tener un tutor personalizado en tu bolsillo, con acceso a asesoramiento médico y legal de bajo coste, un estratega empresarial y un coach disponible las 24 horas del día.
Pero las cosas realmente empiezan a cambiar cuando desarrollan lo que Suleyman llama “coeficiente de acción”, su capacidad para hacer cosas en el mundo digital y físico.
Desafíos y oportunidades
Si bien el potencial de la IA es asombroso, Suleyman no se anda con rodeos a la hora de hablar de los riesgos y los inconvenientes.
Piensa que el gran riesgo es que nos quedemos atrapados en lo que él llama la “trampa de la aversión al pesimismo”. Tenemos que tener el valor de afrontar el potencial de escenarios oscuros para sacar el máximo partido a todos los beneficios que vemos.
Sin embargo, Suleyman cree que los beneficios de esta tecnología son deslumbrantes y fuente de inspiración para su trabajo diario.
Si la IA cumple aunque sea una fracción de su potencial, la próxima década será la más productiva de la historia de la humanidad. Necesitamos soluciones en el ámbito de la sanidad, la educación y la crisis climática, y la IA puede ser clave para encontrarlas.
A diferencia de otras revoluciones económicas del pasado, que a menudo venían acompañadas de enormes inconvenientes, como la colonización de poblaciones o la contaminación del planeta, con la IA tenemos la oportunidad de hacerlo mejor, radicalmente mejor.
Como señala Suleyman, “hoy no estamos descubriendo un nuevo continente y saqueando sus recursos. Estamos construyendo uno desde cero”.
Un reflejo de la humanidad
En última instancia, el experto en inteligencia artificial sostiene que la IA no es algo separado de nosotros, sino todo lo contrario. Es un reflejo de la humanidad a través del tiempo.
A medida que desarrollamos la IA, podemos y debemos reflejar todo lo bueno, todo lo que amamos, todo lo que es especial de la humanidad: nuestra empatía, nuestra bondad, nuestra curiosidad y nuestra creatividad.
Este, según Suleyman, es el mayor desafío del siglo XXI, pero también la oportunidad más maravillosa, inspiradora y esperanzadora para todos nosotros.
Una oportunidad para dar forma a una nueva especie digital que nos acompañe en el viaje de nuestras vidas y nos ayude a afrontar los grandes retos de nuestro tiempo.