Tras el lanzamiento de Pentiment y Hi-Fi Rush en Nintendo Switch y PlayStation 5, respectivamente, está claro que el plan de Xbox es llevar algunos de sus videojuegos a más consolas y dispositivos. Una postura que se ve reforzada por las declaraciones recientes de Phill Spencer, CEO de Gaming en Microsoft, quien asegura que la cultura de los juegos exclusivos se puede ir diluyendo ante los elevados costos de desarrollo de la actualidad.
Durante una entrevista con Polygon, el directivo compartió su visión sobre el estado actual de la industria y los desafíos que enfrenta, específicamente sobre lo que implica tener juegos en una sola plataforma y la necesidad de expandir el negocio, que ha cambiado en los últimos años.
“El argumento a favor de la exclusividad se ve presionado a medida que aumentan los costes de los videojuegos”, aseguró.
Spencer señaló que el panorama económico para la creación de videojuegos ha cambiado drásticamente. Antes, establecer un presupuesto para un juego era relativamente sencillo. Sin embargo, en la actualidad, los juegos se venden en múltiples plataformas, a menudo con descuentos significativos poco después de su lanzamiento, lo que complica el retorno de la inversión.
Además, el desarrollo de juegos puede llevar años y requerir la colaboración de cientos o miles de personas, lo que aumenta aún más los costos. Según el directivo de Xbox, “puede costar 300 millones de dólares construir un videojuego”.
Dudas sobre el futuro de los videojuegos exclusivos
Los elevados costos de los últimos años plantean diferentes desafíos para la industria. En primer lugar, reducen la tolerancia al riesgo entre los editores, especialmente para los juegos de gran presupuesto.
Spencer señala que ahora los juegos pueden necesitar vender muchos millones de unidades para justificar su costo, lo que representa un obstáculo significativo para la creatividad en la industria y, según él, “la creatividad es la piedra angular de lo que deberíamos ser en los videojuegos”.
Además, los costos son un reto especial para los juegos exclusivos, ya que solo pueden llegar a cierto número de jugadores. El directivo explicó que estos juegos necesitan generar ingresos adicionales para justificar el subsidio del fabricante de la consola. Por eso cree que el concepto de exclusividad puede verse “presionado” y cambiar con el tiempo.
A pesar de que las consolas Xbox, PlayStation y Nintendo Switch siguen vendiéndose, Spencer considera que muchos jugadores simplemente están actualizando sus dispositivos, en lugar de atraer nuevos clientes.
Estos desafíos económicos tienen un costo humano real y significativo. La industria ha sido testigo de despidos consistentes durante el comienzo de este año y todo 2023. Un ejemplo es que poco después de la adquisición de Activision Blizzard King por parte de Microsoft, la compañía anunció que despediría a 1.900 trabajadores de su división de juegos.
Ante estos desafíos, Xbox ha adoptado una estrategia que rompe con la tradición de la industria: lanzar juegos exclusivos en otras consolas. Para Spencer, esto no solo es una forma de atraer más jugadores y ventas, sino también de romper con viejos hábitos de la industria que pueden estar contribuyendo al estancamiento del mercado de consolas.
“A veces creen que hay algún mal en el fondo que nos obliga a hacer cosas: ‘Phil odia las exclusivas y por eso ahora somos como PlayStation y Switch’. (Pero) Cada decisión que tomamos es para hacer a Xbox más fuerte a largo plazo. No significa que todo el mundo vaya a estar de acuerdo con cada decisión que tomamos”, afirmó.
Finalmente, considera que una parte importante de todos estos cambios es llamar la atención de la Generación Z, que potencialmente serán los consumidores del futuro y por eso buscan llegar a otras plataformas, como a las consolas de sus competidores o a través de servicios en la nube como xCloud.