Bill Gates, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, ofreció una visión esperanzadora sobre el futuro de la economía global frente a la pobreza.
Según Gates, para el año 2035, el panorama de la pobreza mundial cambiará radicalmente, anticipando que casi no habrá países considerados como pobres. Esta proyección no solo destaca su optimismo respecto al desarrollo y crecimiento económico, sino que también subraya la fe en el progreso tecnológico y la innovación como herramientas clave para combatir la pobreza.
Esta perspectiva de Gates fue detallada en su carta anual del 2014, reflejando sus expectativas y análisis basados en las tendencias actuales.
¿Qué piensa Gates sobre la pobreza?
“Soy lo suficientemente optimista al respecto como para estar dispuesto a hacer una predicción. Para 2035, casi no quedarán países pobres en el mundo”, dijo el magnate tecnológico en un documento difundido a través de Gates Foundation.
En una carta abierta publicada en 2014, Gates ofreció una perspectiva optimista sobre el futuro económico global, basándose en datos del Banco Mundial disponibles en ese momento.
Gates amplió su predicción acerca de la reducción de la pobreza mundial para 2035, sugiriendo que la mayoría de los países alcanzarán lo que se define actualmente como ingresos medios bajos o superiores.
Esta transformación se atribuirá a varios factores, incluido el aprendizaje de prácticas de países más productivos, el impacto positivo de innovaciones como nuevas vacunas, mejores semillas agrícolas, y el avance de la revolución digital. Además, se espera que la expansión de la educación fortalezca las fuerzas laborales, atrayendo nuevas inversiones hacia estos países.
Gates no ignora los desafíos que persistirán, reconociendo que algunos países podrían quedar rezagados debido a conflictos, políticas internas complicadas, mencionando específicamente el caso de Corea del Norte o desventajas geográficas como las enfrentadas por naciones sin litoral en África central.
También advierte que la desigualdad seguirá siendo un tema crítico, con la presencia de personas pobres en todas las regiones, a pesar de los avances generales.
La visión de Gates es, en gran medida, una de esperanza y progreso, sosteniendo que un porcentaje significativo de las naciones experimentará un incremento en su ingreso per cápita, superando incluso al de China en el momento de la publicación de la carta.
Destaca que países en América del Sur, Asia, y América Central, con la posible excepción de Haití, así como la mayoría de las naciones en las costas de África, lograrán avanzar a la categoría de ingresos medios.
¿Cómo se puede reducir la pobreza?
Bill Gates enfatiza la importancia de una ayuda internacional eficiente para alcanzar objetivos de desarrollo global, destacando tres aspectos clave: el monto de la ayuda, la corrupción que impide que esta alcance su destino, y la dependencia de la ayuda que pueden desarrollar los países.
Según Gates, el presupuesto que el gobierno de EE.UU. destina a la ayuda exterior representa solo el 0.8% de su PIB, lo que se traduce en menos de 30 dólares por ciudadano. Esta cifra pone de relieve la modestia de la contribución en comparación con la percepción pública, que a menudo sobrestima la cantidad dedicada a la ayuda exterior.
En lo que respecta a la corrupción y la dependencia de la ayuda, Gates presenta el caso de Camboya, donde se descubrió que funcionarios eran sobornados por contratistas en el contexto del suministro de mosquiteras enviadas por el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (FML).
Sin embargo, Gates apunta que el problema se resolvió mediante una auditoría interna en el FML. Esta organización, desde 2003, ha contribuido a una reducción del 80% en las muertes por VIH en el país, lo que Gates utiliza para subrayar la idea de que, a pesar de los problemas, la ayuda exterior puede traducirse en un mayor número de vidas salvadas.
Este enfoque resalta la necesidad de una gestión y supervisión eficiente de los recursos de ayuda internacional, al mismo tiempo que reconoce su potencial para hacer frente a problemas globales graves cuando se implementa adecuadamente.
Gates sugiere que, si bien estos desafíos no son insignificantes, es posible superarlos y maximizar el impacto positivo de la ayuda exterior en el desarrollo mundial.