Toxicidad en redes sociales: un problema de humanos y no de las aplicaciones, según estudio

Los comportamientos negativos en estas plataformas no son un problema de la actualidad, sino que es algo que se ha dado desde hace años

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La toxicidad en redes sociales
La toxicidad en redes sociales no afecta la participación de los usuarios.. (Imagen ilustrativa Infobae)

Muchos usuarios culpan a las redes sociales de fomentar la toxicidad en línea, pero un nuevo estudio publicado en Nature demuestra que, a pesar de todas las herramientas de privacidad implementadas, este problema no reside en la tecnología, sino que es un fenómeno inherente a los humanos.

El estudio, dirigido por el profesor Walter Quattrociocchi de la Universidad de La Sapienza en Roma, analizó más de 500 millones de interacciones en línea a lo largo de 34 años en ocho plataformas diferentes.

Uno de sus principales hallazgos, es que, contrario a la creencia popular, la toxicidad en las redes sociales no es un fenómeno exclusivo de la era digital. El investigador y su equipo descubrieron que ciertos comportamientos humanos, incluida la toxicidad, persisten a lo largo del tiempo, independientemente de los cambios en las plataformas y las normas sociales.

A pesar de las mejoras
A pesar de las mejoras en privacidad en redes sociales, los usuarios siguen generando comportamientos negativos. (Imagen ilustrativa Infobae)

Esto sugiere que la raíz del problema no está en la tecnología en sí, sino en la manera en que los usuarios interactúan en línea.

“Este estudio indica que, a pesar de los cambios en las redes y las normas sociales con el tiempo, ciertos comportamientos humanos, incluida la toxicidad, persisten. La toxicidad está intrínsecamente ligada al comportamiento humano y no es un fenómeno exclusivo de las redes sociales modernas”, , explica Quattrociocchi.

Comportamientos tóxicos en la humanidad

Los resultados desafían la idea de que la toxicidad aleja a los usuarios de una plataforma. Según el estudio, el comportamiento de las personas en conversaciones tóxicas y no tóxicas es sorprendentemente similar en términos de participación. Esto sugiere que la toxicidad no necesariamente disuade la participación como comúnmente se supone.

El motivo por el que surge esta situación tiene una respuesta directa: así es la naturaleza de la humanidad. En un entorno donde los usuarios no detectan otros indicios de actitud como los gestos o el tono de voz, la toxicidad puede manifestarse más fácilmente.

A pesar de las mejoras
A pesar de las mejoras en privacidad en redes sociales, los usuarios siguen generando comportamientos negativos. (Imagen ilustrativa Infobae)

“La toxicidad en conversaciones online no detiene necesariamente a la gente para participar ni promueve la interacción. Es más un reflejo del propio comportamiento humano visto a través de plataformas y contextos”, afirma Quattrociocchi.

Sin embargo, el estudio también revela que la polarización y la diversidad de opiniones pueden contribuir más a las discusiones hostiles que la propia toxicidad. Esto sugiere que las plataformas pueden estar mejorando la moderación de contenido al enfocarse en filtrar el contenido tóxico para que el comportamiento humano sobreviva menos en línea.

Quattrociocchi asegura que este hallazgo podría cambiar la forma en que las plataformas abordan la moderación de contenido, fomentando debates saludables sin caer en la toxicidad. Además, aboga por una mayor conciencia y educación mediática para reducir la toxicidad en las redes sociales.

Aunque el estudio apunta que cierta toxicidad está ligada al comportamiento humano en redes, esto no implica que todas las interacciones en línea estén condenadas a ser tóxicas. “La forma más efectiva de reducir la toxicidad en línea es hacer que las personas sean conscientes del comportamiento que tenemos online, y para eso necesitamos sobre todo formación mediática cognitiva”, dijo el investigador.

La toxicidad en redes sociales
La toxicidad en redes sociales no afecta la participación de los usuarios.. (Imagen ilustrativa Infobae)

Por otro lado, Andrea Baronchelli, de la City University de Londres y del Instituto Alan Turing, señala que la conversación para aislar los patrones de comportamiento humano, no debe centrarse en qué sucede en cierta aplicación o qué hace cierta plataforma para fomentar o disminuir la toxicidad, sino que el objetivo es enfocarse en entender qué está haciendo la humanidad para modificar esas actitudes.

“La atención se centra con demasiada frecuencia en la plataforma específica, olvidando la naturaleza humana. Nuestro estudio es un paso importante para cambiar esta actitud y volver a centrar la atención en quiénes somos y cómo actuamos”, dijo.

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