¿Realmente es tan difícil diferenciar un rostro real de uno generado por inteligencia artificial?, algunas personas considerarán que esta tarea es sencilla, sin embargo, un reciente estudio lo niega.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Waterloo, en Canadá, buscó explorar cómo las personas pueden distinguir entre imágenes reales y aquellas generadas por inteligencia artificial.
El 40% de los participantes no logró identificar correctamente si la fotografía era genuina o creada completamente por IA.
¿En qué consistió el experimento de la Universidad de Waterloo?
En el marco del experimento, se presentaron 20 imágenes a cada uno de los 260 participantes, informándoles de antemano que solo la mitad eran auténticas, y la otra mitad había sido generada por programas como Dall-E o Stable Diffusion.
Los investigadores anticiparon que el 85% de los participantes sería capaz de identificar correctamente las imágenes producidas por inteligencia artificial, sin embargo, esta expectativa no se cumplió en absoluto, ya que la tasa de acierto apenas superó el 60%.
Esto subraya la creciente capacidad de la IA para crear ilusiones convincentes, convirtiéndose en una potente herramienta para la desinformación y las noticias falsas en un contexto donde las medidas existentes, como las marcas de agua para señalar contenido sintético, continúan siendo fácilmente eliminables.
En el resumen de su estudio, los investigadores enfatizan que estas herramientas dotan a los usuarios de una notable capacidad creativa, que trae una “gran responsabilidad”: crear material perjudicial y engañoso es tan sencillo como producir contenidos cómicos o de índole artística.
“A partir de nuestro análisis exhaustivo, la encuesta realizada y el estudio previo, concluimos que la humanidad está perdiendo terreno en su esfuerzo por mantenerse al día con los desarrollos en inteligencia artificial, y es imperativo ser conscientes del impacto social que esto representa”, explicaron los investigadores.
Generación de imágenes con IA
La generación de imágenes hiperrealistas de personas con inteligencia artificial (IA) hace referencia al uso de tecnologías basadas en IA para crear imágenes de personas que parecen extremadamente reales, al punto de ser indistinguibles de fotografías de seres humanos reales.
Estas tecnologías, como las redes generativas antagónicas, aprenden a partir de grandes conjuntos de datos de imágenes reales para generar nuevas imágenes que no existen en la realidad, pero que mantienen un alto nivel de detalle y precisión.
Esta capacidad de la IA para producir imágenes hiperrealistas abre un amplio abanico de aplicaciones, desde el entretenimiento y los medios de comunicación hasta la simulación de escenarios para la formación y la investigación.
Sin embargo, también plantea importantes desafíos éticos y legales, especialmente en lo que respecta a la desinformación, la privacidad y la autenticidad del contenido digital.
Influencers hechas con IA
La creación de imágenes hiperrealistas de personas mediante inteligencia artificial ha alcanzado niveles de desarrollo tan avanzados que su influencia ya traspasa distintos sectores, incluyendo el mundo de las redes sociales.
Un fenómeno emergente y particularmente sorprendente es la aparición de influencers digitales, personajes creados completamente por IA, que acumulan seguidores y generan contenido como si fueran personas reales.
Ejemplos destacados incluyen a Aitana, una influencer digital española con más de 302 mil seguidores en Instagram, y Miquela, quien supera los 2.6 millones de seguidores en la misma plataforma e incluso ha colaborado con artistas como Rosalía.
A pesar de su naturaleza artificial, estas influencers interactúan con sus seguidores, promocionan productos y participan en debates culturales y sociales, generando una impresión de autenticidad y presencia humana.
Este auge de personalidades virtuales evidencia no solo el potencial creativo de la IA, sino también los desafíos éticos y de percepción que acompañan a la creación y aceptación de entidades digitales en espacios tradicionalmente humanos.