Los celulares están alcanzando cada día un mejor rendimiento para videojuegos. Actualmente, es posible ver títulos de una gran calidad visual y las marcas ya hablan de tecnologías como ray tracing, que hasta ahora solo estaba para computadores y consolas. Así que tener un teléfono para gaming tiene muchas más complejidad de lo que parece.
Si bien cualquier dispositivo puede ejecutar la mayoría de los juegos actuales, no todos los van a hacer de la mejor manera y con la suficiente estabilidad como para que sea disfrutable. Para lograrlo se necesitan diferentes factores como un buen procesador, sistemas de refrigeración y una pantalla ideal.
Para entender mejor lo que se necesita para tener un celular gamer, vamos a hacer un repaso por todas las características técnicas fundamentales y a las que se les debe dar valor si estamos buscando un teléfono para este tipo de experiencia.
Procesador y rendimiento
Este componente es la base de todo porque es el encargado de ejecutar las tareas del dispositivo.
Más allá de mencionar una referencia, porque con el tiempo puede quedar obsoleta, lo importante es verificar que tengan un procesamiento de mínimo cuatro núcleos, ya que esto también permite que la calidad gráfica y el rendimiento estén equilibrados.
GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico)
Esta es la aliada y la mano derecha del procesador. La GPU se encarga de procesar los gráficos de los videojuegos, lo que influye directamente en la calidad visual y la fluidez de la experiencia de juego. Es importante que la GPU sea capaz de soportar los juegos más exigentes con tecnologías como OpenGL o Vulkan, garantizando así una reproducción de gráficos fluida y realista.
Memoria RAM
Una mayor cantidad de RAM permite ejecutar varias aplicaciones simultáneamente sin afectar el rendimiento del juego. Los expertos recomiendan optar por un dispositivo con al menos 8 GB de RAM para garantizar un rendimiento óptimo durante la ejecución de los videojuegos más exigentes, aunque esta cifra con el tiempo irá subiendo a medida que los juegos crezcan en calidad y exigencia.
Batería
Los videojuegos suelen ser aplicaciones que consumen mucha energía, especialmente aquellos con gráficos de alta definición y efectos visuales avanzados. Por lo tanto, es fundamental contar con una batería de alta capacidad, preferiblemente superior a 5000 mAh, que permita jugar durante horas sin interrupciones.
Además, un buen complemento es contar con cargas superiores a 65 wats para que los tiempos de espera sean más cortos y no estar limitado a procesos que duren más de una hora.
Pantalla y resolución
Esta es una alternativa que ha tenido mucho crecimiento en los últimos años. Se recomienda optar por un celular con una pantalla grande, preferiblemente de al menos 6 pulgadas, y una resolución destacada como Full HD, especialmente que tenga una tecnología AMOLED en el panel, para que los colores tengan mayor consistencia.
A esto se suma la taza de refresco y la de muestreo. La primera es la velocidad en la que se mostrarán los cuadros por segundo en pantalla, lo que brindará mayor fluidez a la imagen y lo ideal es que sea mínimo de 90 Hz. La segunda hace referencia a la latencia de la respuesta táctil de la pantalla, que debe ser lo más pequeña posible para que no haya problemas al ejecutar las acciones de juego.
Mecanismo de enfriamiento
El sobrecalentamiento es un problema común al jugar videojuegos. Por eso es importante que el dispositivo cuente con un mecanismo de enfriamiento eficiente, como cámaras de vapor o disipadores de calor, que evite que el celular se recaliente durante sesiones de juego prolongadas. Esto garantiza un rendimiento óptimo y prolonga la vida útil del dispositivo.
Modos de juego
Esta es una función que no es esencial, pero que al tenerla se convertirá en un tesoro para los jugadores. Muchas marcas están incluyendo un modo de juego que permite mejorar el rendimiento de ciertos títulos, desactivar notificaciones, tener cifras del comportamiento del juego y organizar de mejor manera toda la experiencia.