La seguridad en línea se ha convertido en una preocupación creciente para todo el mundo. Una de las prácticas más comunes, pero a menudo pasada por alto en términos de riesgo, es dejar la red WiFi del hogar conectada durante ausencias prolongadas.
Esta acción, aunque pueda parecer inofensiva, expone a los usuarios a una variedad de riesgos de seguridad cibernética, incluyendo el acceso no autorizado a datos personales y el incremento de susceptibilidad a ataques de hackers.
¿Hay que desconectar el router al salir de casa?
Mantener el módem encendido en la casa durante períodos en los que no hay nadie presente constituye una vulnerabilidad de seguridad significativa.
Esto se debe a que los dispositivos activos son más susceptibles a ataques externos, como el hacking y el phishing. Los cibercriminales pueden aprovechar esta oportunidad para intentar acceder a redes domésticas sin vigilancia, comprometiendo la privacidad y la seguridad de la información personal.
Además, la presencia constante de una red WiFi disponible puede servir como un imán para actores maliciosos que busquen puntos de acceso débilmente protegidos para llevar a cabo sus actividades ilícitas.
Impacto energético
Aparte de los riesgos de seguridad, apagar el módem cuando no se está en casa contribuye significativamente al ahorro energético.
Aunque el consumo individual de un módem puede parecer mínimo, cuando se suma al de otros dispositivos electrónicos en modo de espera o funcionamiento continuo, el impacto en el consumo eléctrico del hogar puede ser sustancial.
Por lo tanto, desconectar el módem durante ausencias prolongadas no solo mejora la seguridad de la red doméstica, sino que también reduce el gasto energético, contribuyendo a una mayor eficiencia energética y a la sostenibilidad ambiental.
Este gesto simple, pero efectivo, tiene un doble beneficio: protege contra posibles amenazas cibernéticas y favorece el ahorro en la factura de electricidad.
Más puntos a considerar
Además, los routers y módems que se mantienen encendidos 24/7 sin reinicios periódicos pueden experimentar disminuciones en el rendimiento y problemas de estabilidad debido a la acumulación de errores en el software.
Apagar estos dispositivos de forma regular permite reiniciar los sistemas y limpiar posibles errores acumulados, mejorando su funcionamiento y eficiencia.
La acumulación de calor es otro factor a considerar. Los dispositivos electrónicos, incluidos módems y routers, generan calor durante su funcionamiento. Sin períodos de descanso, este calor puede acumularse, potencialmente dañando los componentes internos y acortando la vida útil del dispositivo.
Apagar el WiFi durante periodos de no uso no solo contribuye al ahorro energético y a la seguridad cibernética, sino que también beneficia la salud de los dispositivos y previene el sobrecalentamiento.
¿Cómo mejorar la señal en el hogar?
Para obtener la mejor señal de WiFi en casa, ubicar el router en el lugar adecuado es crucial. Es preferible colocarlo en un área central de la vivienda.
Esto ayuda a que la señal se distribuya de manera uniforme en todas direcciones, alcanzando la mayor cantidad de espacios posibles. No es recomendable situarlo en sótanos o áticos, ya que estas ubicaciones pueden limitar la distribución de la señal a los diferentes pisos de la casa.
Evitar colocar el router cerca de paredes gruesas, metal, espejos, o electrodomésticos grandes como refrigeradoras o microondas, es importante.
Estos objetos pueden bloquear o interferir con la señal. También, mantenerlo alejado de ventanas minimiza la pérdida de señal hacia el exterior, optimizando así su utilización dentro de la casa.
Adicionalmente, colocar el router a una cierta altura, por ejemplo, sobre un mueble o una repisa, puede favorecer una mejor distribución de la señal WiFi.
Finalmente, para hogares de varios pisos, situar el router en un piso intermedio puede ayudar a una mejor cobertura en todos los niveles de la casa.