Oppenheimer, la película biográfica sobre el proyecto Manhattan y la invención de la bomba atómica con varias nominaciones a los Oscar, fue dirigida por Christopher Nolan, quien filmó esta exitosa producción con la tecnología IMAX y en un formato de 70 milímetros, algo que significó un trabajo adicional a la hora de llevarla a los cines en su formato de máxima calidad.
De hecho, solo existen 30 teatros en todo el mundo que cuentan con la capacidad de proyectar la enorme cinta de 18 km de longitud y de 272 kg, en pantallas de hasta 22 metros de altura y 30 metros de ancho.
Recordemos que mientras que el cine tradicional se filma en película de 35 mm, IMAX utiliza 70 mm con una orientación horizontal en lugar de vertical para obtener una imagen mucho más grande y detallada, ideal para las gigantescas salas que pueden proyectarlas.
Por qué se requiere una tecnología obsoleta para proyectar Oppenheimer
Nolan limitó al máximo el uso de efectos especiales en esta entrega e hizo un guiño a la tecnología usada en el pasado para las grandes entregas cinematográficas al traer un formato que es poco común y difícil de producir.
De hecho, para poder proyectar Oppenheimer en 70mm, las salas requieren utilizar un emulador de una Palm, que fue uno de los primeros ayudantes personales digitales previos a la era de los smartphones, debido a su papel crucial en la unidad de carrete de giro rápido (QTRU), esencial para el manejo de los platos donde se almacena y envía la película al proyector.
Este uso asegura la sincronía perfecta entre audio y video, al tiempo que permite a los operadores monitorear el estado del sistema con facilidad. Y pese a la obsolescencia de la Palm, IMAX ha preservado su interfaz sencilla y funcional para no alterar la dinámica de trabajo de los proyeccionistas, adaptándose a la tecnología moderna sin dejar de lado la eficacia probada del sistema original.
Por qué el formato IMAX
Recordemos que IMAX son las siglas de “Image Maximum” (Máxima Imagen) en español, que es un formato de cine que se distingue por su nitidez y calidad. Inicialmente, se diseñó para grabar y proyectar documentales en los museos con la finalidad de ofrecer una experiencia totalmente inmersiva al público.
Y la diferencia entre IMAX y el cine normal es que el primero utiliza un formato de imagen mucho mayor gracias a un equipo especializado que le otorga una enorme diferencia con respecto al cine convencional que rueda en películas de 35mm o directamente en formato digital para ser distribuidas más rápido.
Sin embargo, directores de cine como el propio Nolan o Quentin Tarantino detestan este estándar y apuestan ya por el formato IMAX. Además, Oppenheimer también contó con un nuevo formato de cinta de 70 mm, de los cuales 65 mm correspondieron a imagen y 5 mm a pistas de audio
Por qué la música de Oppenheimer fue viral
Oppenheimer se destaca no solo por su argumento e interpretaciones que ya han cosechado elogios de la crítica con 15 nominaciones al Oscar, sino también por su música que fue viral en redes sociales gracias a la partitura “imposible” escrita por Ludwig Göransson, quien previamente trabajó con Nolan en Tenet.
El reconocido compositor sueco centró su obra en el sonido del violín, como una pieza clave en la necesidad de capturar la tensión inherente al carácter complejo de Oppenheimer.
“Una de las primeras cosas que Chris me mostró fue en una reunión de efectos visuales en IMAX. Vi algunos de los efectos visuales” y luego “pude ver el giro de los átomos. Esa imagen me pareció fascinante, nunca había visto nada igual. Pensé que así era como quería que sonase la música”, aseguró Göransson.
“Pusimos en práctica una nueva técnica de grabación que yo no creía humanamente posible”, afirmó el maestro ”, sostuvo el artista, describiendo la partitura como un viaje desde lo íntimamente personal hasta el borde de la destrucción total del planeta.