El movimiento de las manos en los robots suele ser bastante difícil. Normalmente, se mueven de forma poco ágil y lenta.
Aunque los robots humanoides han logrado progresos significativos en su funcionamiento interno, su capacidad de movimiento siempre ha sido una limitación.
Sin embargo, este panorama estaría cambiando con el reciente anuncio de Phoenix, un robot humanoide desarrollado por Sanctuary AI, una startup canadiense. Phoenix se distingue por la manera en que sus manos se mueven con una naturalidad sorprendente, marcando un avance en la tecnología de la robótica.
Las manos de Phoenix
Phoenix se caracteriza por sus manos hidráulicas, un cambio significativo ya que comúnmente se utilizan manos con motores eléctricos en robots.
Esta tecnología permite a Phoenix manipular objetos con una precisión, velocidad y fuerza que otros robots actuales no poseen.
Su diseño se inspiró en cómo los bebés aprenden e interactúan con el mundo a su alrededor. Como resultado de esta inspiración, Phoenix es capaz de replicar entre 31 y 33 tipos diferentes de agarres humanos, demostrando una habilidad manual muy versátil. Sus manos robóticas también tienen la capacidad de moverse con velocidad similar a la humana.
Otros robots humanoides
Mientras que iniciativas como las de Tesla o el Figure 01 en Estados Unidos se han concentrado principalmente en la habilidad de los robots para caminar, Phoenix pone su enfoque en el torso y las manos. Además, está equipado con una plataforma rodante para moverse, en lugar de caminar.
Recientemente, Ameca, un robot humanoide, ganó popularidad durante el Mobile World Congress en Barcelona, destacándose por su capacidad para imitar gestos faciales y mantener conversaciones fluidas en 21 idiomas.
Ameca se distingue por tener un rostro articulado que puede mostrar expresiones faciales complejas, facilitando una interacción más natural y expresiva con las personas. Este robot incluye tecnología avanzada que permite que sus movimientos, tanto faciales como corporales, sean fluidos, imitando gestos y posturas humanas.
Para interactuar, Ameca usa micrófonos integrados y cámaras ubicadas en sus ojos binoculares y en su pecho, junto con software de reconocimiento facial.
Su apariencia general es en tonos grises o blancos, con énfasis en sus expresivos rasgos faciales y ojos, elementos clave para la interacción.
Desde 2021, los desarrolladores de Ameca gestionan una cuenta de Instagram donde le publican contenido diverso, promoviendo reflexiones del robot acerca de temas como un potencial levantamiento de los robots contra los humanos o la posibilidad de que un robot se enamore.
Cuando sus desarrolladores consultaron a Ameca acerca de cómo ve el futuro de la humanidad dentro de cien años, el robot respondió con optimismo. Anticipó un futuro caracterizado por una mayor sostenibilidad y equidad, impulsado por el avance de tecnologías destinadas a simplificar y enriquecer la vida cotidiana.
Desafíos de la robótica humanoide
La robótica humanoide enfrenta retos significativos al intentar replicar las complejidades del cuerpo y comportamiento humanos.
Esta disciplina abarca desde la simulación de movimientos específicos hasta la imitación de expresiones y gestos caracterísiticos.
Phoenix, por ejemplo, se enfoca en la precisión del movimiento de las manos, logrando una manipulación casi humana de objetos. Por otro lado, Ameca destaca en el ámbito de las expresiones faciales, capaz de mostrar gestos que facilitan una interacción más natural y expresiva con las personas.
Mientras tanto, el proyecto de Tesla se concentra en recrear la locomoción humana, específicamente el movimiento de las piernas y pies, acercándose a la forma de caminar.
Estos avances ilustran cómo cada proyecto aborda un aspecto diferente de la experiencia humana, enfrentándose a desafíos únicos como la fluidez de movimientos, la precisión en la manipulación de objetos y la capacidad de expresar emociones.