OpenAI, el creador de herramientas como ChatGPT, Whisper y DALL-E, originalmente se estableció como una entidad sin fines de lucro. Su misión declarada era promover el desarrollo de inteligencia artificial de una forma que beneficie al bienestar global.
La empresa se fundó en 2015 por varias personas, incluidos Sam Altman, el actual director ejecutivo, y Elon Musk, quien ya no está involucrado en la compañía. Desde su inicio, la situación ha cambiado significativamente, hasta el punto de que Elon Musk ha presentado una demanda contra OpenAI y Sam Altman.
El magnate empresarial, uno de los financiadores iniciales de OpenAI, considera que la colaboración intensa entre Open AI y Microsoft ha desviado a la organización de su misión original. Cabe agregar que Microsoft es uno de los mayores inversores de OpenAI.
En el documento legal se explica que Open Ai ha dejado de ser una compañía de código abierto y se ha transformado en una subsidiaria de facto de Microsoft, la empresa de tecnología más grande del mundo.
Una subsidiaria de facto es una entidad que, aunque no esté formalmente reconocida o establecida como subsidiaria a través de estructuras legales, en la práctica funciona como tal debido a la influencia o el control ejercido por otra compañía.
Esto implica que, a pesar de no haber una declaración oficial o un acuerdo legal que la designe como subsidiaria, la compañía dominante tiene suficiente poder para determinar las políticas o decisiones de la entidad supuestamente independiente.
Musk sostiene que Altman, junto con Greg Brockman, presidente de OpenAI, y Microsoft colaboraron para reemplazar a la mayoría de los miembros del consejo de administración de la startup.
Este consejo había tenido la responsabilidad de velar por la misión fundacional de la empresa, centrada en el desarrollo tecnológico para beneficio humano.
Los nuevos integrantes del consejo designados poseen mayores antecedentes en negocios o política orientada a la rentabilidad económica, en contraste con un enfoque en la ética y la gestión de la inteligencia artificial.
Elon Musk vs. Sam Altman
Elon Musk fue cofundador de OpenAI en 2015, junto a figuras como Sam Altman y Greg Brockman, estableciéndola inicialmente como una organización sin fines de lucro enfocada en el desarrollo de inteligencia artificial para el beneficio global.
Desde entonces, la estructura de la compañía ha experimentado cambios significativos.
En el inicio de 2018, Musk señaló que OpenAI se había quedado atrás en comparación con Google, sugiriendo tomar las riendas de la compañía, lo cual no se concretó, llevando a su salida del consejo directivo de OpenAI.
Para 2019, OpenAI modificó su configuración empresarial con el objetivo de captar inversión privada que financiara sus proyectos, creando una subsidiaria de carácter lucrativo.
Esta subsidiaria, aunque busca generar ganancias, está comprometida con seguir la misión de su compañía madre, la cual sigue siendo una entidad sin fines de lucro dedicada al desarrollo de IA para el bien común.
La estructura de control de la empresa matriz sobre la subsidiaria garantiza la adherencia a dicha misión, estableciendo además límites al retorno económico para inversores y empleados, buscando equilibrar el lucro con la seguridad y sostenibilidad en el avance de la IA.
Ante la demanda interpuesta por Elon Musk, emerge la interrogante sobre si OpenAI, pese a la estructura y compromisos descritos en su sitio web, continúa fiel a su propósito fundacional de promover una inteligencia artificial que beneficie a la humanidad.
La posición de Altman
Hace dos meses, después de ser nombrado CEO del año 2023 por la revista Time, Sam Altman aprovechó el espacio concedido por una entrevista con dicho medio para esclarecer la relación entre OpenAI y Microsoft.
En sus declaraciones, Altman enfatizó que, a pesar de las especulaciones y la estrecha colaboración entre ambas entidades, OpenAI opera de manera independiente y no está controlada por Microsoft.
Con información de EFE