En la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shanghai, un equipo de científicos ha desvelado al mundo el desarrollo de un disco óptico 3D a nanoescala, una innovación que pretende ser un avance significativo en el ámbito del almacenamiento de datos y archivos.
Este nuevo disco óptico se destaca por su inaudita capacidad de albergar hasta 1,6 petabits de información, equivalente a aproximadamente 200.000 gigabytes (GB) o para el usuario promedio que no entiende mucho de lenguaje informático, cerca de 14.285 películas en calidad 4K, que es más de las que se podrían visualizar normalmente.
Para poner estas cifras en el mundo real, mientras que un disco duro convencional en la actualidad integra entre 1 y 2 terabytes de capacidad (1 TB = 1.000 GB), este disco de próxima generación asoma como una verdadera revolución en el almacenamiento, proporcionando un volumen de espacio hasta ahora inalcanzable para el usuario promedio.
Cómo hace este disco óptico para almacenar esa gran cantidad de información
La clave de esta considerable capacidad de almacenamiento reside en su estructura tridimensional, que mediante el aprovechamiento de 100 capas distintas, supera con creces la limitación de los sistemas de una sola capa presentes en los discos ópticos tradicionales.
Esta estructura permite una densidad de almacenamiento sin precedentes, que puede ser un precedente importante en la manera de concebir medios para guardar datos.
La alta densidad se logra, además, gracias al tamaño extremadamente reducido de los puntos de almacenamiento, de apenas 54 nanómetros, posibilitado por el uso de una avanzada técnica de láseres duales de escritura de datos y por la implementación de un material sensible a la luz conocido como AIE-DDPR.
Estos puntos, significativamente más pequeños que los utilizados en tecnologías anteriores, permiten una maximización del espacio de almacenamiento que no tiene comparación en esta época.
La posibilidad de que se vuelva a popularizar el formato físico
El declive de los formatos físicos ha sido evidente en los últimos años, con empresas del calibre de Disney cediendo territorio a otras compañías del sector como Sony, buscando así adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado mundial.
También, en la actualidad la preferencia por el contenido digital y en streaming ha relegado al formato físico a un segundo plano, no obstante, el potencial impacto de este desarrollo en los centros de datos es considerable.
La posibilidad de almacenar volúmenes masivos de información en espacios físicamente reducidos podría significar un cambio paradigmático en la gestión y estrategias de almacenamiento de datos a nivel global, ofreciendo una solución palpable al desafío de manejar la creciente acumulación de datos digitales.
Implicaciones de este hallazgo
Esta tecnología no solo representa un avance significativo en términos de capacidad, sino que también sugiere mejoras en la eficiencia energética y en la sostenibilidad de los centros de datos.
Un almacenamiento más compacto y con mayor densidad podría llevar a una reducción del espacio físico necesario para estos centros, lo que a su vez podría implicar un menor consumo energético y, por consiguiente, un impacto ambiental que se reduce significativamente.
Además, la naturaleza duradera de este tipo de almacenamiento óptico ofrece ventajas adicionales en términos de seguridad y preservación de datos a largo plazo, comparado con los discos duros mecánicos que son susceptibles de fallos y deterioro con el paso del tiempo.
En cuanto a su viabilidad, se refuerza con sus distintos usos en varios aspectos de la sociedad. Desde usarlo para guardar películas o series con la más alta calidad de imagen que luego se pueden reproducir en el ordenador, o también para almacenar información pesada que requería en ocasiones anteriores de varios discos para guardarlos.