Wilson realizó el lanzamiento de un innovador balón impreso en 3D, conocido como Wilson Airless Gen1, con un precio de 2.500 dólares.
Este no es un balón ordinario; su diseño único y su construcción lo categorizan como un artículo de colección. Presentado originalmente como un prototipo el año pasado, esta pelota especial salió a la venta hace pocos días y según la página de la marca, ya está agotado.
Lo que hace tan particular al Wilson Airless Gen1 es su estructura, compuesta por ocho lóbulos en forma de panel y un patrón que imita las costuras de un balón de baloncesto convencional.
¿Cómo logra rebotar el Wilson Airless Gen1?
Sin embargo, a diferencia de los balones tradicionales que se llenan de aire, este balón obtiene su capacidad de rebote de una estructura reticular de polímero impresa en 3D.
Según la compañía, esta tecnología no solo permite al balón replicar el vuelo y la sensación de un balón convencional, sino que también garantiza un rebote más consistente gracias a mejoras en el diseño y al perfeccionamiento de su proceso de fabricación.
Una característica de este balón es su disponibilidad en tres colores diferentes: un negro azabache que recuerda al prototipo inicial, un blanco natural que muestra el color propio del polímero utilizado y un tono marrón que busca emular la apariencia clásica del baloncesto.
La edición limitada del Wilson Airless Gen1 no solo representa un avance tecnológico, sino que también ofrece a los entusiastas del baloncesto una oportunidad única de experimentar el juego de una forma completamente nueva.
Impresión 3D del balón
Este proceso comenzó con el diseño digital del balón, utilizando software especializado para modelar su estructura única de celosía abierta.
Este diseño no solo pretendía ofrecer características de rendimiento comparables a las de un balón de baloncesto tradicional, sino también incorporar las ventajas de una fabricación sin aire que permite un rebote eficaz mediante el uso de materiales poliméricos avanzados.
Una vez completado el diseño, se utilizó una impresora 3D de alta resolución para materializar el balón capa por capa. El material seleccionado fue un polímero diseñado específicamente para este uso, capaz de proporcionar la resistencia y flexibilidad necesarias para cumplir con las exigencias del juego, aun sin contener aire en su interior.
La estructura de celosía, compleja y meticulosamente calculada, se imprimió en 3D con precisión para asegurar que cada lóbulo y superficie cumpliera con su función.
Se trata de un artículo de colección
Wilson asegura que el balón de baloncesto impreso en 3D logra cumplir casi a la perfección con las especificaciones de rendimiento de un balón reglamentario, ya que abarca aspectos como el peso, el tamaño y el comportamiento del rebote.
A pesar de estar diseñado para el juego, este balón se orienta más hacia aquellos aficionados apasionados por la tecnología y el baloncesto, convirtiéndose más en un artículo de colección que en un balón de uso diario para el deporte.
La producción de este balón es extremadamente limitada, y su precio supera con creces el de un balón tradicional. Además, Wilson ha personalizado cada balón con un número de serie de producción limitada, ofreciendo también la posibilidad a los compradores de añadir un texto personalizado.
Expertos que ya han tenido la oportunidad de probar el Airless Gen1 advierten que, si bien la idea es innovadora, el balón no puede replicar completamente la experiencia de juego de un balón tradicional, principalmente por su menor resistencia al aire.
Además, la estructura de celosía abierta del balón presenta ciertos desafíos, como la dificultad para usarlo en exteriores, ya que restos de tierra, pequeñas piedras u otro tipo de suciedad podrían introducirse a través de los orificios de su superficie.