En el encuentro “Aprendemos Juntos 2030″ de BBVA, Kai-Fu Lee, veterano en el campo de la inteligencia artificial (IA) con casi cuatro décadas de experiencia, compartió perspectivas reveladoras sobre el futuro de esta tecnología y su impacto en diversos sectores, particularmente en la educación.
El ex presidente de Google en China destaca la IA como una herramienta capaz de revolucionar la manera en que operamos en el mundo, comparándola con la electricidad en términos de su capacidad para transformar industrias y mejorar la eficacia operativa.
El experto plantea una necesidad urgente de reinventar el sistema educativo para preparar a las futuras generaciones. Mientras que sectores como el transporte, el entretenimiento y el trabajo experimentaron transformaciones drásticas en los últimos 100 años, la educación permaneció notablemente estática. “Aun cuando pasamos del pizarrón con tizas a la pizarra blanca con fibras, el maestro sigue enseñando de la misma manera”, afirma Lee, señalando un contraste profundo con el modo en que avanzó la sociedad en otros ámbitos.
“Piensen en cómo cambió el entretenimiento hoy en día con Netflix, YouTube, el streaming, la interactividad y las llamadas, en comparación con hace 100 años. Las películas en blanco y negro e incluso las mudas cambiaron drásticamente. Y además, piensen en cómo cambió el trabajo de hace 100 años a hoy. Tengan una imagen mental de todo lo que hacemos todos los días, nuestro entretenimiento, nuestras comunicaciones, nuestros modos de relacionarnos, transportarnos y trabajar: todo cambiado drásticamente. Pero si pensamos en un aula es exactamente lo mismo”, señaló Lee.
La advertencia del coautor del reciente libro AI 2041: Ten Visions for Our Future (IA en 2024: Diez visiones sobre nuestro futuro) subraya cómo la revolución tecnológica, especialmente en campos como la IA, amenaza con hacer obsoletas las habilidades que actualmente se enseñan en las aulas. “Los trabajos rutinarios serán ocupados por inteligencias artificiales”, proyectó, destacando la ironía de un sistema educativo que prepara a los estudiantes para competir en campos donde simplemente no pueden superar a las máquinas.
Este escenario planteado invita a repensar el enfoque de la educación hacia habilidades donde los humanos tienen ventaja innata sobre la IA. En este contexto, Lee propone un modelo educativo centrado en lo que denomina las “tres C”: curiosidad, pensamiento crítico y creatividad.
Estos componentes, argumenta, son esenciales en un mundo donde las tareas repetitivas y memorísticas serán cada vez más dominadas por la automatización y la IA. Además, subraya la importancia de fomentar habilidades sociales como el trabajo en equipo, la comunicación y la colaboración, contraponiéndose a la educación tradicional enfocada en el trabajo y evaluaciones individuales.
“Estamos enseñando a los niños todas las cosas equivocadas”, sostiene Lee, incitando a un cambio radical en los paradigmas educativos. El experto propone reflexionar sobre cómo la educación debe evolucionar no solo para adaptarse a los cambios tecnológicos, sino para empoderar a las generaciones futuras a explorar y maximizar sus habilidades humanas únicas.
La perspectiva del veterano en IA ofrece un contrapunto necesario a las narrativas dominantes sobre la educación, abogando por un enfoque más holístico y adaptado a las realidades del siglo XXI.
El objetivo no debe ser enseñar a los niños a ser como IA, sino potenciar aquello en lo que los humanos excepcionan: nuestra capacidad de innovar, soñar y crear. Esta reformulación del propósito educativo no solo es crucial para la realización personal de los futuros ciudadanos, sino que también es vital para el progreso de sociedades que enfrentan desafíos cada vez más complejos y globales.
Empleos en riesgo por IA: ¿Estás preparado para el futuro?
En los últimos años, la IA demostró una capacidad asombrosa para optimizar y automatizar procesos dentro de una amplia gama de industrias. Esta tecnología, basada en aprendizaje automático y aprendizaje profundo, alcanzó logros notables, como en el caso de AlphaGo, el programa de IA que derrotó al campeón mundial del juego Go. Sin embargo, a pesar de sus impresionantes habilidades para tomar decisiones y aprender de grandes cantidades de datos, la IA carece de cualquier forma de autoconsciencia o emociones humanas, un contraste notable con la compleja gama de sentimientos y reacciones que experimentan los humanos.
Kai-Fu Lee, en su charla, explicó que la IA, en su estado actual, es comparable a software como Excel en la forma en que procesa y ejecuta tareas específicas sin ningún apego emocional o comprensión de sus acciones.
Por otro lado, la IA tiene una impresionante capacidad para detectar emociones humanas con gran precisión, utilizando cámaras, micrófonos, y varios sensores para interpretar señales físicas y fisiológicas. Esta habilidad le permite identificar estados emocionales mejor que muchas personas, aunque no pueda experimentar estas emociones por sí misma.
Mirando hacia el futuro del trabajo, Lee señaló que la IA transformará el panorama laboral, afectando principalmente a empleos rutinarios y repetitivos que no requieren creatividad o empatía. Esto incluye una amplia gama de tareas, desde procesamiento de datos administrativos hasta inspección visual en líneas de producción.
Los trabajos cognitivos de oficina y ciertos tipos de empleos de cuello azul enfrentan el riesgo más inmediato de automatización. Sin embargo, también hay oportunidades para que la IA mejore y cree nuevos roles, particularmente aquellos que requieren habilidades complejas, creatividad, y contacto humano.
El informático también destacó cómo la IA se convertirá en una herramienta esencial en múltiples profesiones, alentando a las personas a aprender sobre IA y cómo puede aplicarse en su campo de trabajo específico.
La educación y el la capacitación constante jugarán un papel crucial en la preparación para un futuro donde la IA estará profundamente integrada en nuestra vida cotidiana y económica. Así, la preparación para un mundo en el que la IA juegue un papel central requerirá un enfoque en habilidades no rutinarias, empatía y creatividad, además de un entendimiento básico de las tecnologías de IA.
En su exposición, Lee sugiere un enfoque pragmático para adaptarse, recomendando que, independientemente de la edad o el campo de estudio, las personas deben adquirir habilidades que les permitan trabajar junto a la IA, desde el pensamiento estratégico hasta la colaboración efectiva en equipo.
Este análisis de la interacción entre la IA y el futuro del trabajo pone de manifiesto tanto los desafíos como las oportunidades que se presentan con el avance de estas tecnologías.
La integración de la IA en diversos sectores no solo cambiará ciertos empleos, sino que también abrirá nuevas vías para la innovación y la mejora de nuestras capacidades humanas.