La eficiencia energética y la sostenibilidad cobran mayor relevancia en el día a día de las personas, por eso resulta crucial prestar atención a los electrodomésticos que constituyen una parte significativa del consumo eléctrico en los hogares.
Entre estos, las neveras, esenciales en cualquier vivienda, destacan por su alto consumo energético. Pero, aplicando estrategias adecuadas, es posible reducir significativamente este gasto.
Recomendaciones para escoger una nevera ahorradora
- Eficiencia energética
Elegir un electrodoméstico con clasificación energética A representa una decisión de ahorro a medio y largo plazo. En el caso de las neveras, a más signos “+” se añadan a la clasificación (como en A++ o A+++), mayor será el ahorro energético que se puede lograr.
- Escoger neveras no frost
Hoy en día, la mayoría de las neveras son de tipo no frost, lo cual significa que evitan la formación de hielo. Esto es importante debido a que la presencia de hielo en el refrigerador no ayuda a que enfríe más, sino todo lo contrario.
Actúan como aislantes, obstaculizando el correcto enfriamiento del interior y pueden ocasionar un exceso de consumo energético de hasta un 30%. Por lo tanto, si no es posible evitar completamente su formación, es crucial no permitir que la capa de hielo exceda los 3 mm de espesor.
- Escoger un tamaño adecuado
Cuanto más grande sea, mayor será el consumo de energía. Por lo tanto, es importante no dejarse llevar solo por el tamaño y elegir un modelo que se ajuste realmente a las necesidades que se tienen.
Trucos para ahorrar energía con la nevera
- Cerrar puertas
Mantener cerrada la nevera ayuda a conservar la temperatura interna, lo cual asegura que los alimentos se mantengan en condiciones óptimas por más tiempo; reduce el consumo de energía, ya que el electrodoméstico no tiene que trabajar más de lo necesario para reestablecer la temperatura ideal cada vez que se abre la puerta; y previene el desgaste prematuro del aparato, prolongando su vida útil.
- Atención a la temperatura
Bajar demasiado la temperatura de este electrodoméstico aumentará la factura de la energía. Es recomendado ajustar la nevera a 5 ºC y el congelador a -18 ºC.
Es importante no poner los alimentos pegados en la parte de atrás. El frío se distribuye mediante el movimiento del aire frío y caliente, y si se bloquea este flujo, el aire no circula adecuadamente. Esto puede causar que algunos alimentos se congelen y otros no se enfríen lo suficiente.
- Su ubicación es primordial
La posición de la nevera en la cocina es crucial para su funcionamiento. Si no se coloca en un lugar adecuado, puede consumir hasta un 15% más de energía. Debe evitarse situarla cerca de fuentes de calor como cocinas, hornos o ventanas que reciban luz directa.
Además, es importante que tenga espacio alrededor, ya que su motor y tubos requieren buena ventilación. Mantenerla a unos centímetros de la pared ayuda a reducir su consumo energético.
- Cuidar lo que se guarda
La manera en que se almacenan los alimentos en la nevera juega un papel importante en el ahorro de energía del electrodoméstico. Una nevera demasiado llena puede obstruir la circulación adecuada del aire frío, haciendo que el motor trabaje más para mantener la temperatura adecuada, lo que incrementa el consumo de energía.
Por otro lado, una nevera muy vacía también puede ser ineficiente, ya que los alimentos almacenados ayudan a mantener la frialdad y estabilizar la temperatura cada vez que se abre la puerta. Guardar los alimentos de manera organizada y no sobrecargar la nevera contribuye a un mejor desempeño y a un ahorro de energía.
- Mantener su higiene
El refrigerador es un aparato que se mantiene bastante limpio. Es recomendable limpiar la parte trasera al menos dos o tres veces al año, usando una aspiradora para la rejilla del motor si es necesario.
Respecto al interior, la acumulación de escarcha y hielo puede aumentar el consumo energético. Sin embargo, limpiarlo mensualmente con agua y jabón suave (evitando los detergentes) ayudará a prevenir la aparición de hongos.