Cambiar de celular es una constante en el mundo debido a la evolución tan rápida de la tecnología, pero es importante saber cuáles son las razones por las que sí se debe cambiar el móvil para evitar gastos extra.
La decisión se debe tomar considerando algunas señales que presentan la mayoría de smartphones cuando el desgaste de su hardware (aparato) y las limitaciones de su software comienzan a pasar factura.
A eso se suma el acelerado avance tecnológico en el sector de la telefonía móvil y factores como la obsolescencia de las actualizaciones, la insuficiencia de almacenamiento y el desgaste técnico.
En este caso, es mejor considerar los siguientes factores para decidir con seguridad cuándo es realmente apropiado dar el salto y comprar un nuevo dispositivo.
No se puede estar lejos de un lugar para cargar
Una muy mala señal es el caso de un usuario que debe recargar su el teléfono sí o sí en varios momentos del día, lo que lo obliga a llevar el cargador a todas partes porque la batería no llega a la hora de comer.
Este problema es resulto por muchos con una power bank (batería externa); sin embargo, esta solo termina siendo una solución a corto plazo porque con el pasar de los días serán aún más dependientes a esta.
Lo cierto es que la situación podría resolverse con un cambio de batería, sin embargo, actualmente no es una opción tan viable debido a que muchos fabricantes hacen que sea económicamente más factible comprar un nuevo móvil que repararlo.
El celular nunca tiene espacio
La disminución de almacenamiento, incluso luego de optimizar recursos y utilizar servicios de nube, puede indicar la necesidad de un dispositivo con mayor capacidad.
Aunque existe una buena colección de trucos y buenas prácticas para liberar espacio como borrar fotos, videos y aplicaciones; eliminar el caché de los buscadores del dispositivo y utilizar servicios en la nube.
Pero si el teléfono sigue presentando este problema y ya no puede albergar todas las aplicaciones y archivos que se necesita, podría ser un buen momento para actualizar a un dispositivo con mayor capacidad.
El dispositivo ya no es compatible con actualizaciones
La vitalidad operativa de un smartphone puede verse afectada tras actualizaciones de software que dejan de ser compatibles con modelos antiguos, o al experimentar problemas de rendimiento que merman su funcionalidad.
Es fundamental tener en cuenta que las actualizaciones tienen como objetivo incorporar las últimas funciones del sistema operativo, corregir errores, mejorar la estabilidad y mantener la compatibilidad con las versiones más recientes de las aplicaciones.
Mientras que la lentitud operativa, especialmente para aquellos cuyo trabajo depende del uso eficiente de su teléfono móvil, sugiere el desgaste de la memoria RAM, normalmente implica la obligación de buscar un equipo más avanzado.
Además, la falta de compatibilidad con aplicaciones y servicios actualizados, como plataformas bancarias y de seguridad, refuerzan el argumento de renovar el terminal para mantenerse a la vanguardia tecnológica.
Hardware obsoleto y problemas técnicos recurrentes
Para muchos usuarios, la calidad de la cámara y la tecnología de pantalla son aspectos esenciales de un smartphone.
De hecho, una de las características que más ha evolucionado en los últimos tiempos es la fotografía móvil, tanto a nivel de hardware como de tratamiento de software.
Es por ello que si estamos ante un móvil que toma fotografías y videos de muy baja calidad, es posible que se deba considerar un dispositivo con mejoras significativas.
Además, cuando los problemas técnicos recurrentes demandan reparaciones constantes, es probable que sea momento de realizar una renovación.