¿Qué esconde el reloj de 10.000 años de Bezos en las montañas de Texas?

Jeff Bezos, el tercer hombre más rico del mundo, paso de ser un reservado multimillonario a acaparar los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo debido a sus excentricidades, como es el caso del ‘Reloj de los 10.000 años’ en el que el fundador de Amazon, ha invertido más de 40 millones de dólares.

Se trata de un colosal proyecto que combina arte, tecnología y filosofía para medir el tiempo en años, siglos y milenios en vez de segundos, minutos y horas.

Además, ha sido destacado por el mismo Bezos por su “tamaño monumental”, debido a que mide 152 metros de altura y aunque aún no está terminado, se sabe que será una expresión de tecnología mecánica que se nutre de los ciclos térmicos de la Tierra para su funcionamiento.

La construcción del reloj, que aspira a funcionar autónomamente durante 10 milenios, se lleva a cabo en la cordillera Sierra Diablo (Texas), una región que se encuentra a unos 240 kilómetros del aeropuerto más cercano.

Aunque su localización se aproxima a la base de pruebas de cohetes de la compañía espacial de Bezos, Blue Origin.

Desarrollado inicialmente por el profesor del MIT, Danny Hillis, en 1989 y presentado en el Museo de Ciencias de Londres en 1995, el reloj se distingue por su mecanismo basado en lógica digital binaria y prescinden de chips electrónicos.

La idea surgió buscando construir un símbolo de pensamiento a largo plazo, según las palabras de Hillis quien aseguró: “Quería construir un reloj que funcionara una vez al año, donde la manecilla del siglo avanzara una vez cada 100 años y el ‘cuckoo’ saliera al marcar el milenio”.

Bezos también ha destacado el desafío de seleccionar materiales duraderos para su construcción, optando por el titanio y el acero inoxidable, junto a rodamientos de bolas de cerámica en seco y una cúpula de cristal de zafiro que protege la maquinaria.

Además, está equipado con un sincronizador solar, péndulo, generador de timbre y diversos engranajes y diales que le permiten sincronizarse con el sol cada mediodía.

La maquinaria incluye contrapesos de 5 toneladas y engranajes de dos metros y medio, y cuenta con un mecanismo de sumadores binarios que posibilita una precisión de 32 bits.

Mientras que la estructura se ha instalado en una cavidad de 152 metros de altura y casi cuatro metros de diámetro, excavada en la montaña de caliza.

Por otra parte, Bezos y su prometida Lauren Sánchez posaron recientemente para la revista Vogue en el emplazamiento de este monumental reloj. Su visita a la ubicación fue descrita como un “ejercicio” dada la distancia desde el aeropuerto más cercano.

Esto se debe a que la obra fue diseñada para que su acceso implique un “peregrinaje” y uno de los objetivos es dotar de un carácter casi místico al simple acto de ver el reloj.

Y si bien el interés y la curiosidad del público son evidentes, deberán esperar para poder visitar este intrigante mecanismo, debido a que su construcción no ha concluido y no se ha definido cuándo será abierto para apreciación pública.

Bezos ahora tiene su residencia en Indian Creek Village, una exclusiva comunidad en Miami conocida como el “búnker de los millonarios”, donde el magnate adquirió dos mansiones conjuntas por las que pagó 147 millones de dólares.

Diversos empresarios tecnológicos como Keith Rabois, Peter Thiel, Jon Oringer y Bryan Goldburg, así como importantes inversores como Ken Griffin, Dan Loeb y Josh Harris, han decidido establecer su residencia en esta localidad.

Aunque la opulencia de Bezos ha sido objeto de comentarios por parte de otros magnates, como Elon Musk, que en su biografía escrita por Walter Isaacson, critica el alto nivel de vida del dueño de Amazon, señalando que podría dedicar más tiempo a su compañía espacial.