Elon Musk es conocido por marcar cronogramas ambiciosos para sus proyectos, como se ha visto con el desarrollo de la nave Starship y el anuncio de la camioneta Cybertruck. Más aún, sus proyecciones incluyen la idea de llevar seres humanos a Marte para que, eventualmente, se establezcan allí ciudades autónomas.
En 2019, Elon Musk estimó que el costo de lanzar la Starship sería de 2,000 millones de dólares, una cantidad que calificó como muy baja en relación con su proyecto de formar una ciudad sostenible en Marte.
Mediante su cuenta en X (antes Twitter), Musk interactuó con usuarios respondiendo preguntas, tocando temas como el número de Starships necesarias para llevar a cabo su plan, cifra que situó en alrededor de 1.000 lanzamientos para transportar la infraestructura y la tripulación necesarias para establecerse en Marte.
Musk señaló que llevar a cabo este proyecto tomaría unos 20 años, considerando que la alineación de Marte y la Tierra sucede cada 26 meses. En ese tiempo, se deberían transportar alrededor de un millón de toneladas al planeta rojo para asegurar que el proyecto sea sostenible.
Manifestó que en el futuro, la Starship aumentaría su capacidad de reutilización realizando hasta tres vuelos diarios y superando los 1,000 vuelos al año por cada una. En un escenario óptimo, esto permitiría enviar más de 10,000 millones de toneladas al espacio.
Según sus cálculos, hasta ahora, la carga total que se podía enviar al espacio cada año era de apenas 500 toneladas, tomando en cuenta todos los cohetes de carga disponibles.
No obstante, la perspectiva de Musk es muy ambiciosa, aunque como suele suceder en otros de sus proyectos, los plazos estimados a menudo se ven afectados por modificaciones, demoras y otras variables externas.
Desafíos de Musk
Durante una conferencia virtual sobre Marte el 31 de agosto de 2023, el magnate mencionó la posibilidad de asegurar la vida a nivel planetario frente a desastres terrestres: “Si ocurre algo terrible en la Tierra, ya sea hecho por los humanos o natural, queremos tener, como, un seguro de vida para la vida en su conjunto”, dijo Musk. “Luego, está el tipo de emoción y aventura”.
Sin embargo, aunque suena llamativo para muchos, establecer asentamientos en el Planeta Rojo incluye una serie de desafíos y obstáculos tecnológicos, políticos, éticos y especialmente financieros que alejarían, más allá de las dos décadas que el también CEO de Tesla ha anunciado como plazo para hacer posible su ambicioso plan.
Desde el punto de vista financiero, el costo de una misión de colonización a Marte es astronómico, tanto, que aún no se ha estimado con precisión. Para contextualizar, el programa Apollo de la NASA costó más de 280 mil millones de dólares en valores actuales y esta operación solo alcanzó la luna.
Los peligros tecnológicos son igual de críticos, incluyendo la necesidad de desarrollar hábitats herméticos para proteger a los posibles colonos del aire tóxico y la radiación mortal de Marte.
De hecho, el mismo Musk ha dicho anteriormente, que la muerte es una posibilidad y que la vida en Marte sería extremadamente difícil: “No es para los débiles”, aseguró. “Es muy probable que mueras, y va a ser duro... Más vale que sea bastante glorioso si sale bien”.
En términos prácticos, la idea de terraformar Marte, es decir, modificar su atmósfera para hacerla más parecida a la de la Tierra es controvertida y supone un uso intensivo de recursos.
Michael Meyer, científico principal del Programa de Exploración de Marte de la NASA, sostiene que la viabilidad económica de una presencia humana en el Planeta Rojo será cuestionable durante al menos los primeros cien años, dado que la atmósfera marciana apenas contiene oxígeno, y la cantidad de agua es sumamente limitada impidiendo la agricultura y la creación de un ciclo hidrológico.