Luego de haber fundado Apple con su compañero, Steve Wozniak, en el año 1976, Steve Jobs lideró a la compañía hasta hacerla crecer en sus operaciones y reputación como una empresa innovadora en sus diseños y funciones. En ese sentido, el empresario encontró diferentes formas de dirigir a los trabajadores para que estos comprendan la visión que tenía para el futuro.
Uno de los recursos más extravagantes utilizados por Jobs se produjo durante la década de 1980 pues tuvo la intención de estacionar su propia motocicleta dentro de las oficinas de Apple en el edificio Bandley 3, en California. Una clásica BMW fue el centro de atención entre los trabajadores de la empresa pues rompía con todo el espacio dedicado al desarrollo de nueva tecnología.
El primer registro de esta costumbre en Apple data del año 1982, cuando un reportaje de National Geographic informaba del nacimiento de la industria de los computadores en Silicon Valley. La motocicleta de Jobs fue descrita como la forma favorita de transporte para el empresario.
“Aunque Jobs conduce un Mercedes (Benz), el éxito no parece haber echado a perder al primer héroe popular de la era de las computadoras”, se reportó en la pieza audiovisual.
La motocicleta BMW R60/2 de 1966, propiedad de Jobs era la forma que tenía el CEO de Apple para reforzar la visión de la empresa pues él veía a este vehículo como un diseño clásico, pero bien hecho, además de imponente y fuerte. Estas eran las características que deseaba resaltar en los productos de la compañía y que buscaba transmitir a los empleados cuando ocupaba el mismo espacio que ellos en la sede de la empresa.
Cómo tomar mejores decisiones según Steve Jobs
Jobs era un empresario particular pues era su costumbre pensar e incluso vestirse diferente al resto de ejecutivos. En el año 1992, mientras el empresario dirigía NeXT, la compañía que fundó para competir contra Apple durante su tiempo fuera, dio una charla sobre su forma de gestión y reveló cuál era su estrategia para evitar el surgimiento de conflictos en su equipo.
“Nunca he creído en la teoría que dice que si estamos en el mismo equipo y todos tenemos una opinión diferente sobre un asunto, yo tengo que decirle a otros que compren mi decisión aún si ellos no están de acuerdo”, indicó un Jobs de 37 años de edad ante el auditorio.
Para el empresario, esta práctica es contradictoria pues la idea de pagar a alguien por su talento es aprovechar sus ideas. Sin embargo, al forzar que todos piensen igual, lo que se promueve es la falta de creatividad. “Tarde o temprano se genera un conflicto”, aseguró.
“No pagues a personas que hagan cosas. Eso es fácil de encontrar. Lo difícil es encontrar a personas que te digan qué debería hacerse”, afirmó el cofundador de Apple durante su charla. Como resultado, Jobs logró conformar un equipo de trabajo que no solo pudo hacerle frente en la toma de decisiones, sino que además tuvo la libertad de opinar y decirle qué hacer en determinadas ocasiones aún si él no estuviese de acuerdo.
De hecho, durante su etapa en NeXT, Jobs solía reunir al equipo que tomaba las decisiones ejecutivas en una sala e impulsaba el dialogo entre ellos hasta que se llegaba a una solución conjunta. Este grupo, que se llamaba “equipo de normativas”, estaba compuesto por ocho miembros y solían tomar decisiones importantes para el futuro de la empresa.