En menos de un año, Sam Altman, paso rápidamente de ser prácticamente un desconocido, a ser una de las voces con más peso en Sillicon Valley y el mundo de la tecnología. Esto, debido a su participación clave en el desarrollo del modelo de IA generativa ChatGPT y la fundación de OpenAI, una compañía que actualmente se posiciona a vanguardia de los más recientes avances relacionados con la inteligencia artificial.
Con 38 años de edad, la carrera de este visionario y emprendedor arrancó tempranamente en su hogar en Chicago (donde nació en abril de 1985), cuando empezó a interactuar con la tecnología desde 1993.
Después de iniciarse en ciencias de la computación en la Universidad de Stanford, decidió dejar los estudios para enfocarse en el emprendimiento tecnológico. Pronto cofundó Loopt, una red social basada en la ubicación que si bien no prosperó, mostró su perspicacia para los negocios.
El gran impulso a la carrera de Altman se presenta a sus 28 años en la conocida aceleradora de startups Y Combinator (YC), donde ocupó el puesto de presidente hasta 2019 y donde su influencia fue determinante para impulsar proyectos como Airbnb, Dropbox y Coinbase.
Sin embargo, su vena emprendedora lo levarían a la creación de OpenAI, la segunda startup que cofundó Altman y la cual recibió una financiación inicial de YC por 43 millones de dólares
Así es como en 2015 nacería esta compañía como un esfuerzo colectivo para avanzar en la inteligencia artificial de manera segura y beneficiosa para la humanidad.
Altman, el hombre fuerte de OpenAI
Altman, asumió el papel de presidente de OpenAI en 2019 y supervisó la evolución de la entidad desde una organización sin fines de lucro hasta una empresa de “beneficio limitado”.
Esta estructura busca equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad cívica, enfatizando un propósito más allá de las ganancias puramente económicas.
Además, la misión central de su gestión consistió en asegurar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad y se ha destacado por tener una visión que va más allá de las simples aplicaciones tecnológicas de sus productos, debido a que visualiza un futuro en el que se da una integración entre humanos y máquinas.
Mientras que su interés en las implicaciones éticas y las potenciales aplicaciones beneficiosas de la IA también ha sido motivo de gran interés. De hecho, Almant es conocido por su visión sobre el futuro del empleo y la economía ante el avance de la IA y por abogar por un uso responsable de esta tecnología.
Y su gran rol en OpenAI, no solo lo ha colocado en una posición de liderazgo dentro de la empresa, incluso después de su despido de la misma; además se ha convertido en una parte crucial en el avance y desarrollo de la inteligencia artificial a nivel global.
Es por ello que no faltan las comparaciones que lo equiparan a algunos de los pioneros tecnológicos más importantes de la historia reciente, como Robert Oppenheimer, creador de la bomba atómica.
Además, el empresario no solo se centra en el sector de la IA y ha participado en iniciativas que incluyen inversiones en sectores como la fusión nuclear, por medio de la startup Helion, mostrando su interés en enfrentar desafíos futuros y subrayando la importancia de considerar usos éticos y responsables de la tecnología.
La visión para el futuro de OpenAI
Sam Altman regresa a la dirección de OpenAI tras una serie de negociaciones y el respaldo casi unánime de la plantilla de la empresa, después de que fue despedido el viernes pasado por desacuerdos estratégicos con la junta directiva de la empresa, especialmente en temas de visión futura en inteligencia artificial.
La crisis alcanzó un punto crítico cuando más del 95% de los empleados de la tecnológica amenazaron con renunciar si no se revertía su salida y la junta directiva no dimitía.
El conflicto que provocó la marcha de Altman se profundizó cuando Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunció que Greg Brockman, expresidente de OpenAI, y Altman liderarían un nuevo laboratorio de IA dentro de Microsoft. La situación se resolvió con la renuncia de la anterior junta directiva y la creación de una nueva, que cuenta con figuras como Bret Taylor, ex CEO de Salesforce, y Larry Summers, exsecretario del Tesoro de EE. UU.
Este cambio de gobernanza apunta a un enfoque más acelerado en el desarrollo de la IA, alineado con la visión de Altman, frente a la prudencia anterior de la junta.
Altman expresó su entusiasmo por reanudar su labor en OpenAI, subrayando su objetivo de mantener al equipo unido y resaltar la misión de la empresa.
“Me encanta OpenAI y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión”, tuiteó. Además, agradeció el apoyo de una nueva junta directiva y de Satya Nadella, destacando su esperanza de aprovechar la relación con Microsoft.
Por su parte, Nadella reconoció los recientes cambios en el tablero de OpenAI como fundamentales para mejorar la eficacia y la toma de decisiones dentro de la empresa.