Aunque Steve Jobs haya fallecido en el año 2011, muchos emprendedores y empresarios siguen recurriendo al cofundador de Apple para recoger declaraciones o discursos antíguos que puedan servir de inspiración para futuros proyectos o únicamente como enseñanzas. Sin embargo, muchas veces estas pueden provenir de los testimonios de otras personas que trabajaron con él.
Justin Santamaría, por ejemplo, fue ingeniero jefe de Apple entre los años 2003 y 2013, y trabajó con Jobs en la creación de nuevos productos como FaceTime, iMessage y CarPlay. En el tiempo que pudieron compartir, el extrabajador de Apple indicó que Jobs y sus enseñanzas le fueron útiles a nivel personal y profesional.
Ensayo y error para lograr objetivos
Según Santamaría, quien declaró al medio CNBC de Estados Unidos, Jobs era una persona adelantada a su tiempo por al menos cinco años. Esto hacía que, aún cuando indicaba a los trabajadores de Apple que se comprometan a nivel personal en conseguir los logros establecidos por la compañía.
Esto no significaba que los trabajadores se verían absorbidos por el trabajo, sino que aprendan lo más posible de sus errores y se trabaje en base a ellos no solo para evitar cometerlos, sino también para intentar alcanzar la perfección.
“El dominio exige repetición”, aseguró el ex trabajador de Apple. Es por eso que la compañía llegó a desarrollar FaceTime como una aplicación de videollamadas.
El fracaso como una oportunidad para el éxito
Los casos de éxito en el mundo laboral y personal se consiguen con perseverancia pero también entendiendo el fracaso como una posibilidad de mejora que requiere que los emprendedores entiendan estos fallos de una forma completamente diferente.
Santamaría aseguró que Jobs utilizaba sus fracasos para impulsar su propia mejora e incluso que las cosas salieran mal estaba dentro de los planes del ex CEO de Apple. “Jobs esperaba que las cosas no fuesen buenas al inicio, pero también comprendió que equivocarse tan seguido valía la pena por la recompensa posterior”, indicó.
En realidad estar preparado para cometer errores y fallar, si bien estaba dentro de los planes de Jobs, no significaba que el ejecutivo tuviese una actitud pesimista. Al contrario, Jobs consideraba que esto era esencial para tener perspectiva y “sacar el éxito de los fracasos”.
Re imaginar el pasado
Como compañía, Apple se encargó de reimaginar lo que en años anteriores era común y la mayor prueba de ello fue la llegada del primer iPhone durante el año 2007. En aquel momento, mientras que el resto de celulares tenían teclados físicos y un lápiz stylus para las pantallas táctiles, la compañía se animó a crear un teléfono 100% táctil con solo un botón y que además pueda utilizarse solo tocándolo con los dedos.
Para Santamaría, “la decisión de quitar el teclado mecánico fue una solución inteligente de diseño. Permitió que el celular tuviera más espacio en la pantalla para otras funciones creativas”. De esta forma, Apple no solo empezó a generar ganancias al vender un dispositivo que ofrecía servicios similares a los que ya había en el mercado, sino que se diferenció a partir de una mejora sustancial del dispositivo.
Incluso en la presentación del primer iPhone, Jobs se detuvo un momento para indicarle a la audiencia que el nuevo teléfono de la compañía era “un iPod, un teléfono celular y un dispositivo con acceso a internet (...) estos no son tres dispositivos diferentes. Es solo uno. Hoy Apple va a reinventar el teléfono”.
Con estas palabras, el ex ejecutivo de Apple inició lo que posteriormente se convirtió en una serie de dispositivos y el nacimiento de un ecosistema que ha convertido a la empresa en una de las más reconocidas a nivel mundial por el desarrollo de nuevos productos con diseños de altísima calidad.