Sin escribir ninguna línea de código, un desarrollador español logró crear un clon de Angry Birds, el clásico juego de celulares, usado únicamente plataformas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, DALL-E 3 y MidJourney.
El proyecto fue bautizado Angry Pumpkins y se ha convertido en un ejemplo de cómo la IA está modificando la manera en la que se está desarrollando de software y cómo podría verse implementada en la industria de videojuegos.
La creación del videojuego
El proceso de creación del juego comenzó con la generación de los elementos visuales. Esto incluyó la pantalla de título, fondos, personajes y objetos, que fueron creados utilizando DALL-E 3 y MidJourney.
Para la pantalla de título, Javier López, el desarrollador encargado del proyecto, recurrió a DALL-E 3 para solicitar una “imagen vibrante” que estuviera inspirada en la estética de Angry Birds pero con un toque distintivo de Halloween.
Los fondos del juego se crearon utilizando imágenes generadas por MidJourney, que integró elementos como cementerios y colores específicos para crear una atmósfera adecuada al tema del juego.
Los personajes y objetos, como calabazas, monstruos y otros elementos del juego, también fueron generados con la ayuda de MidJourney. Estos diseños mantuvieron un toque humorístico y se alinearon con el espíritu de Halloween que López buscaba transmitir. Por lo que en ningún momento hubo la intervención de un diseñador para la creación de todos estos contenidos.
Paralelo al trabajo de imagen, el desarrollador recurrió a ChatGPT para generar el código fuente que hiciera posible el videojuego, pero sin la necesidad de escribir líneas de código de programación, sino solicitándoselas al chatbot.
La aplicación de OpenAI generó y mejoró las 600 líneas de código que componen el juego. Javier López destacó la importancia de un enfoque iterativo en la programación asistida por inteligencia artificial.
Comenzó con una base sencilla y funcional, a la que se le fueron añadiendo detalles, corrigiendo errores y perfeccionando la mecánica del juego a lo largo del tiempo. En este proceso ChatGPT no solo ejecutó órdenes, sino que también aprendió de los errores y ofreció soluciones, evolucionando con cada iteración.
Todo un trabajo que habitualmente haría un programador humano durante un proyecto, lo que demuestra la capacidad de la inteligencia artificial para emular procesos cognitivos y creativos.
El futuro del desarrollo de videojuegos
La historia de Angry Pumpkins ha llamado la atención de la industria, incluso un exgerente de producto de Angry Birds elogio el trabajo hecho por López, señalando la importancia de este enfoque innovador.
Aunque las limitaciones actuales de la tecnología de IA pueden no permitir la creación de juegos continua bajo esta modalidad, lo hecho con el clon de Angry Birds representa un cambio de paradigma en la industria del desarrollo de software y videojuegos. Permitiendo un desarrollo rápido de ideas, prototipos y “game jams” (eventos de creación de juegos) sin la necesidad de una programación manual intensiva.
“A día de hoy, todavía no estamos en un momento en el que con tan solo un prompt, GPT-4 genere todo el juego de golpe”, afirmó Javier López en su cuenta de X, donde compartió todo el proceso de creación.
Además, afirmó que lo que estamos viviendo actualmente va a marcar historia en el futuro y quizás sea posible crear videojuegos triple AAA con “tan solo pedirlo”.
“Creo sinceramente que estamos viviendo un momento histórico que tan solo habíamos visto hasta ahora en películas de ciencia ficción. Estos nuevos procesos de trabajo, en los que podemos crear cualquier cosa utilizando tan solo lenguaje natural, van a cambiar el mundo tal y como lo conocemos. Es un tsunami de magnitud tan grande, que aquellos que no sepan verlo van a sufrir un impacto tremendo”, aseguró.