Si bien los celulares, computadores, tabletas y relojes inteligentes son dispositivos necesarios para el trabajo y entretenimiento de los usuarios, estos también pueden generar una sensación de dependencia e incluso adicción debido a la gran cantidad de estímulos que se pueden generar en una sesión de navegación o juegos.
Es por eso que, además de gestionar correctamente el tiempo que se le dedica a la exposición a las pantallas, los usuarios deberán encontrar formas con las que pueden ayudarse a sí mismos a desconectarse por periodos más prolongados, de forma que cada persona pueda generar un hábito positivo que ayude a relacionarse activamente con su entorno.
Cuestionarse el por qué es necesario desconectarse
Es la primera pregunta que se debe realizar para empezar a realizar otras actividades: “¿Qué otra cosa podría estar haciendo?” En ocasiones también es necesario cuestionar qué tipo de sensaciones se perciben durante el periodo de exposición a cualquier pantalla. Muchas personas podrían mencionar consecuencias como un tiempo de atención reducido, depresión e incluso ansiedad.
Esto no quiere decir que los dispositivos electrónicos solo produzcan malas sensaciones. De hecho, muchas veces los contenidos que se muestran, como fotos o videos en redes sociales, pueden ser lo que el usuario necesite en un determinado momento del día, pero también es necesario saber si es posible realizar una actividad adicional que pueda generar una sensación al menos similar.
También es necesario saber que las sensaciones, ya sean positivas o negativas, producto del uso de las redes sociales o aplicaciones en general no son producidas en sí por estas plataformas sino por cómo estas sean utilizadas.
Establecer límites
Como parte de las actividades regulares que se podrían poner en práctica al momento de desconectarse, los usuarios deberían pensar que incluso si realizan otras actividades offline esto no garantiza que vayan a tener una mejor experiencia cuando se conectan nuevamente. Es por eso que es recomendable administrar bien los espacios en internet que se exploran con regularidad.
Según Anna Lembke, profesora de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, “Intenta eliminar las aplicaciones que generan la necesidad de ingresar a partes de internet donde no se quiere estar y hacer una lista de actividades que se deseen realizar antes de estar online”.
De esta forma los usuarios que deseen desconectarse porque no se sienten bien o debido a una saturación de contenidos, no tendrán que experimentar emociones negativas al momento de retornar a sus sesiones.
Romper las costumbres
Si bien los celulares, tabletas, relojes inteligentes y computadores sean una fuente de entretenimiento, acceder a ellos y navegar en internet debería se una opción más que una costumbre para los usuarios en los momentos en los que experimentan apenas un poco de aburrimiento o no saben qué más hacer durante el día.
Lo primero que se tiene que hacer en estos casos es reconocer que se tiene un hábito que no necesariamente es positivo o saludable.
Esto no tiene por qué relacionarse con el entretenimiento pues el impulso de actualizar el feed de Instagram o Facebook, e incluso abrir WhatsApp sin tener una conversación pendiente es una señal de que se tiene una necesidad de estar conectado aún cuando no se necesita.
Los usuarios también tienen que recordar qué emociones les genera estas actividades online y si estas son realmente productivas o al menos una recompensa positiva. Si no ocupa ninguna de estas categorías, quizás sería bueno revisar otras opciones más saludables y que no necesariamente requieran una pantalla.
Finalmente, se tiene que cuestionar si revisar todo el tiempo las redes sociales es una elección o es un hábito ganado. Si es esto último, entonces también se tiene que identificar si es preferible interactuar con amigos o familiares de forma presencial (en caso de ser posible). Todas estas opciones pueden ayudar a mejorar la relación de los usuarios con las pantallas.