El vehículo eléctrico más vendido en territorio japonés no es uno de los populares modelos fabricados por Tesla. De hecho, lejos del lujo y el confort ofrecidos por los automóviles de la compañía de Elon Musk, los japoneses han optado por la practicidad de Sakura, un mini coche eléctrico localizado en el segmento de los “kei car”.
Los cuales son muy populares en esta nación asiática, sobre todo en zonas rurales con escaso transporte público, debido a sus dimensiones reducidas y practicidad que los han convertido en una solución de movilidad eléctrica.
Sin embargo, su éxito sorprendió hasta a sus propios fabricantes, que no esperaban que este vehículo de apenas 3 metros de largo abarcara cerca de la mitad de todos los vehículos eléctricos vendidos en el país en lo que va del año.
Esto, según cifras reveladas por la Bloomberg, que asegura que con 35.099 modelos vendidos este en 2023, este mini EV desarrollado conjuntamente por Nissan y Mitsubishi ha superado con creces a sus rivales, incluida Tesla.
El Sakura se lanzó el año pasado con una autonomía de 180 kilómetros con una sola carga y capacidad de alcanzar velocidades de 130 kilómetros por hora, tiempo en el que se ha convertido rápidamente en un fenómeno en su país de origen, incluso ganando el premio al coche del año en Japón en 2022.
Y pese a sus pequeñas dimensiones, da cabida a cuatro pasajeros, mientras que en las plazas traseras ofrece un generoso espacio para las rodillas. El maletero se reduce a 107 litros, pero recostando los asientos posteriores se puede transportar cualquier tipo de objeto.
Respecto a la carga completa, esta se consigue en ocho horas, aunque utilizando un cargador rápido se puede recuperar hasta el 80% en 40 minutos.
Qué son los “kei car”
Esta idea de vehículo surgió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de los japoneses no podían adquirir un automóvil, pero tenían presupuesto para una motocicleta. De esta necesidad nacen estos automóviles pequeños y cuadrados, pensados especialmente para moverse por las concurridas calles de las urbes de esta nación asiática.
En la actualidad, las principales firmas de automóviles japonesas apuestan en firme por este tipo de vehículos, ya sea como autos comerciales o para el transporte de personas. Esto debido a que son capaces de llegar a zonas a las que nadie más puede acceder gracias a sus dimensiones reducidas, y son importantes para la logística de última milla.
Además, su uso se ha ido generalizando hasta representar alrededor del 60% de la flota total de vehículos comerciales en Japón, lo que los convierte en un tipo de coche que puede ofrecer una aportación sustancial de cara a alcanzar la neutralidad en carbono a través de sus versiones eléctricas.
Y sumado a las innegables ventajas en cuanto a la relación espacio/versatilidad/tamaño de estos coches, los «Kei Cars» ofrecen otro tipo de atractivos para sus compradores japoneses. Por ejemplo, se trata de una categoría fiscal de automóviles que tiene reducciones en impuestos y seguros.
Sus primos, los “kei trucks”
Estas camionetas de 3 metros de largo se han vuelto cada vez más demandadas en los Estados Unidos en los últimos años, especialmente en algunas zonas rurales donde estos diminutos vehículos japoneses se utilizan en ranchos con distintos fines.
Como es el caso de la Suzuki Carry y la Daihatsu Hijet, dos modelos muy económicos que pueden costar tan solo 5.000 dólares.
La moda de los kei trucks ha inspirado a algunos fabricantes estadounidenses a empezar a vender sus propios vehículos diminutos, como la empresa de coches eléctricos Telo, que anunció a principios de año una camioneta del tamaño de un Mini-Cooper por valor de 50.000 dólares.