Los dominios web son la manera de posicionar una página en internet y una de las novedades que está convirtiéndose en tendencia es el uso de dominios blockchain, que hacen parte de NFT, y tienen diferentes beneficios para las empresas y emprendedores para la protección de su marca.
Así que para entender mejor cómo funciona esta opción vamos a explicar en qué consiste y en qué se diferencian con los dominios tradicionales, ya que estos no tienen accesos a tecnologías como la descentralización del entorno digital y operaciones con criptomonedas.
Qué son los dominios blockchain
Un dominio web es esencial para establecer una presencia en línea, y el mercado de nombres de dominio está en constante crecimiento. Según cifras de Netcraft, actualmente existen más de 271 millones de dominios activos en la web. En este escenario, los dominios blockchain han emergido como una categoría específica dentro de lo que se conoce como tecnología NFT (Tokens No Fungibles).
Los dominios blockchain ofrecen beneficios como la simplificación de las transacciones en línea, la protección de marca y la participación en un ecosistema descentralizado.
Este último aspecto es algo que las compañías aprovechan si tienen transacciones con criptomonedas, ya que allí las transacciones se almacenan y se organizan los datos en diferentes servidores, de esta manera los usuarios pueden rastrearlas en cualquier momento y hace que el sistema sea difícil de manipular.
“La implementación de este tipo de dominios se centra en hacer que la tecnología blockchain soporte técnicamente la funcionalidad de los dominios y crea nuevas oportunidades de innovación y participación en el espacio descentralizado. La extensión más importante en este momento corresponde a la de Ethereum, o .ETH”, aseguró Gerardo Aristizabal, gerente de Mi.com.co.
Dominios blockchain vs. dominios tradicionales
1. Sistema de nombres descentralizados
Uno de los cambios más significativos introducidos por los dominios blockchain es el sistema de nombres descentralizados. A diferencia de los dominios tradicionales, que dependen de una autoridad centralizada como la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), los dominios blockchain utilizan un sistema basado en la cadena de bloques.
Esta característica elimina la dependencia de una entidad central y reduce el riesgo de censura o control centralizado. De esta manera, la propiedad del dominio está respaldada por la cadena de bloques, lo que proporciona un registro transparente de la propiedad.
2. Operaciones con criptomonedas
Los dominios blockchain permiten una integración estrecha con las criptomonedas. Estos sistemas de nombres permiten asociar dominios con direcciones en la cadena de bloques, lo que significa que se pueden realizar operaciones con criptomonedas sin necesidad de conocer la dirección exacta del destinatario.
Esta característica simplifica en gran medida las transacciones en línea y acelera los pagos en criptomonedas, lo que ayuda al fortalecimiento a este tipo de pagos para ponerlos a la par de las transacciones con dinero tradicional.
3. Seguridad criptográfica
La seguridad de los dominios blockchain se basa en el protocolo de la cadena de bloques, en lugar de depender de la gestión específica de una organización o empresa. Esto garantiza un alto nivel de seguridad, respaldado por la robustez de la tecnología blockchain.
Según Aristizabal, “en el futuro, puede que todas las comunicaciones y transacciones deban respaldarse con un dominio que pueda ser asociado a una dirección en blockchain”. Por lo que los dominios blockchain pueden desempeñar un papel fundamental en la garantía de la seguridad en las transacciones digitales.
4. Posicionamiento del nombre del dominio y resistencia a la censura
Debido a la descentralización y la inmutabilidad de la cadena de bloques que caracteriza a estos dominios, los nombres registrados en este sistema son menos propensos a ser eliminados o censurados. No existe una entidad central que pueda bloquear o modificar arbitrariamente esta información.
Sin embargo, esta característica plantea desafíos a la protección de marcas, ya que la ausencia de una entidad central dificulta la instauración de procesos legales en torno a disputas relacionadas con estos dominios.