Hace 22 años, Steve Jobs subió a la tarima del Apple Town Hall en Cupertino, California para presentar el primer iPod de la historia. Este era un reproductor de música en formato MP3 que destacaba por su capacidad para almacenar hasta 1.000 canciones con la misma calidad que un CD. Sin embargo, lo que captó la atención de todos fue su diseño, que se basaba en una idea única: ser un dispositivo portátil que permitía llevar la música a cualquier lugar.
“Con iPod, Apple ha inventado una nueva categoría de reproductores de música digital que le permite poner su colección de música entera dentro de su bolsillo para que pueda escucharla vaya a donde vaya. Con iPod, la experiencia de escuchar música nunca será la misma”, dijo Jobs cuando mostró por primera vez este dispositivo al mundo.
Es que se vendieron más de 400 millones de iPods desde su lanzamiento en 2001 y más de 35.000 millones de canciones en la plataforma iTunes. A pesar del éxito, fue descontinuado en mayo del 2022.
Los orígenes del iPod
La popularidad de Napster y otros servicios de intercambio de música en línea demostró que la forma en que la gente consumía música estaba cambiando drásticamente. Steve Jobs y su equipo en Apple comprendieron que debían encontrar una forma de abordar esta tendencia.
Debido a esta situación, optaron por adquirir el programa de gestión de música, SoundJam, que posteriormente fue mejorado y rebautizado como iTunes tras su adquisición. Este software tenía la función de administrar la música en dispositivos portátiles fabricados por terceros.
Sin embargo, Jobs notó que los ordenadores Macintosh no se integraban de manera óptima con iTunes. Por lo tanto, tomó la decisión de desarrollar su propio reproductor de música portátil para asegurar lacompatibilidad. Un ingeniero de Apple, Jon Rubinstein, se encargó de obtener los materiales necesarios para la creación del iPod en un viaje a Japón junto a Jobs.
Rubinstein reclutó a Tony Fadell, quien ya había concebido la idea de desarrollar un dispositivo para la reproducción de música. Fadell fue designado por Rubinstein para liderar el proyecto del iPod.
Ascenso y caída
El primer iPod Classic se vendió el 23 de octubre de 2001 y costó 399 dólares. En comparación con un iPod Touch de 2019, tenía un 84% menos de capacidad de almacenamiento y era notablemente más voluminoso.
Sin embargo, en comparación con otros productos disponibles en ese momento, destacaba tanto en términos de aspecto como de rendimiento. Ofrecía una capacidad para almacenar muchas más canciones, y su característica icónica, la rueda de desplazamiento, hacía que la navegación por una amplia biblioteca de música fuera mucho más sencilla.
No obstante, cuando el dispositivo fue presentado, recibió muchas críticas. “Es una buena característica para los usuarios de Macintosh. Pero para el resto del mundo de Windows, no hace ninguna diferencia”, mencionó un analista de New York Times en su momento.
Nueve meses antes de eso, Apple introdujo iTunes, un reproductor de música digital diseñado para Mac. Todos los demás reproductores de música en ese momento utilizaban software propietario que no ofrecía el mismo nivel de rendimiento ni facilidad de uso que iTunes. Además, el conector FireWire del iPod permitía una transferencia de canciones más rápida en comparación con el estándar USB.
Además, Apple Inc. recurrió a diversas figuras del espectáculo para promover el iPod, entre ellas The Black Eyed Peas, U2 y el bailarín David Elsewhere.
Apple expandió su línea de productos lanzando una variedad de modelos con diferentes precios, incluyendo el Mini, Shuffle y Nano. Estos dispositivos ofrecían mayor capacidad de almacenamiento, mejor portabilidad y nuevas funciones, como la reproducción de video.
Para aquellos que tenían extensas bibliotecas de música, se encontraba el iPod Classic, mientras que para quienes solo deseaban llevar consigo unas cuantas canciones, tenían la opción del compacto iPod Shuffle que podían sujetar. En realidad, Apple se esforzó por considerar las necesidades de cada tipo de usuario que adquiría un iPod y diseñó sus productos para satisfacer esas distintas demandas.
El declive del iPod se dio en la década de 2010 y se debió a varios factores, entre ellos la convergencia de dispositivos, ya que los smartphones se convirtieron en dispositivos multifuncionales que podían reproducir música; la popularización de servicios de streaming de música, que eliminaron la necesidad de almacenar música localmente; la obsolescencia tecnológica de los iPod tradicionales; y el cambio en la estrategia de Apple, que se centró en sus iPhones.